Nicolás Lapentti Gómez es el último gran referente del tenis nacional. En 1999 fue sexto en el ranking mundial y clasificó a las semifinales del Abierto de Australia. Ese mismo año jugó el Masters. Desde entonces ningún otro tenista ecuatoriano llegó tan lejos en un Grand Slam de mayores ni en el escalafón ATP. Con este Diario el guayaquileño, de 42 años, habló de la actualidad del deporte blanco en el país.

¿Por qué, desde su retiro, no hay tenistas nacionales que tengan protagonismo en torneos de Grand Slam?

Es difícil dar una razón exacta, pero creo que no hay una estructura que se inicie con un semillero de tenis. Ecuador ha tenido una tradición bastante buena en este deporte desde la época de Francisco Segura, Francisco Guzmán, Miguel Olvera y Eduardo Zuleta. Luego vinieron Ricardo Icaza, Andrés Gómez, Raúl Viver, Luis Adrián Morejón, mi hermano (Giovanni) y yo.
Pero esto (los logros) han sido por esfuerzos personales más que por haber salido de un semillero, como pasa en otros países. El problema es ese y no es fácil porque siempre se necesita apoyo económico y cada vez es más difícil conseguirlo.

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¿Por qué aquí se habla de tenistas promesa cuando en algunos casos tienen más de 20 años? A esa edad otros ya son protagonistas de los Grand Slam.

Los tenistas sudamericanos, a nivel general, maduran más tarde que los europeos y esto es una ventaja que damos por la edad. Muchas veces los jugadores europeos con 17 o 18 años ya compiten en torneos internacionales, clasificaciones a los Grand Slam. Pero nuestros jugadores comienzan más tarde que ellos.

¿Cómo califica la actualidad del tenis ecuatoriano?

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Creo que hay un pequeño vacío porque si bien es cierto que tenemos a Roberto Quiroz y Emilio Gómez compitiendo en varios torneos, lo que nosotros aspiramos es ver
a un ecuatoriano en el cuadro principal de un Grand Slam y ser protagonistas en los torneos ATP. Es lo que queremos. Ellos tienen el potencial para hacerlo, pero tienen que trabajar más en la regularidad de sus resultados.

¿Se puede copiar lo que hizo hace algunos años Argentina –su generación de varios tenistas exitosos–, lo que hace España, o no hay infraestructura?

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Esto pasa por un tema cultural, de infraestructura y de apoyo económico. Fui presidente de la Federación Ecuatoriana de Tenis por tres años (desde 2013-2016) y al principio iniciamos proyectos con el apoyo del Ministerio del Deporte, del de Educación y de la Federación Internacional de Tenis. Uno se llamaba ‘Tenis en las escuelas’, lastimosamente a los seis meses se cortó el apoyo y eso quedó en nada. Los proyectos son a largo plazo, no podemos hacerlo por seis meses y pensar que de ahí va a salir una figura. Tienen que durar de 8 a 10 años por lo menos, para ahí ver resultados.

¿Podremos tener otra vez figuras reconocidas por la gente y siempre con chance de títulos internacionales?

Sí. Ecuador tiene una historia en el tenis, somos un país que ha puesto su bandera como protagonista en el tenis mundial. Es un tema de tradición. Aquí hay madera de deportistas, pero sí se necesita más apoyo, porque hay chicos de 15, 16 años que requieren salir más (a competir afuera) para foguearse y el tenis es
un deporte caro. Cuando se quiere salir muchos padres
no pueden financiar la carrera de sus hijos y al final estos deciden ir a una universidad, juegan con beca universitaria y luego se dedican a trabajar, o a otras cosas. Esas edades son fundamentales.

¿Cuando fue presidente de la FET qué experiencia le dejó estar del lado directivo?

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Entendí cómo es la parte política en el deporte. Supe cómo se maneja en lo interno una federación, lo que uno como jugador muchas veces no conoce o no entiende. Pienso que como experiencia fue importante. Tuve ciertas decepciones, pero soy de las personas que de todo aprende un poco. Para mí fue una enseñanza importante. Obviamente, lo mejor es estar en una cancha de tenis.

¿Qué decepción le dejó la presidencia de la FET?

La decepción de querer desarrollar proyectos u otras cosas que no se pueden hacer porque no hay apoyo y porque no existen los recursos. Se toma una decisión o se hace un cambio porque piensas que es mejor y decepciona que la gente no esté contenta porque no necesariamente hay que tener contento a todo el mundo porque no es fácil. Pero no le dan tiempo a esas modificaciones y enseguida empiezan los desacuerdos. Y no eran cambios drásticos.

¿Qué le dejó el retiro de las competiciones oficiales?

Extraño la competencia, la adrenalina, el día a día. No (extraño) el hecho de viajar, estar cada semana en un lugar distinto y estar lejos de casa porque es complicado y ahora que estoy casado y con hijos, quiero estar establecido en un lugar. Pero extraño a los amigos. Dejé mucho en el circuito (profesional).

¿Qué significó la Copa Davis en su carrera?

La Copa Davis me marcó muchísimo. Poder representar a Ecuador fue una de las cosas más lindas que me pudo pasar como deportista. Este torneo fue muy especial porque el tenis es individual y en la Davis éramos un equipo.

De las series que disputó por Ecuador, ¿cuál es la que más recuerda?

Muchas, pero la que más recuerdo es la que le ganamos a Inglaterra (3-2 en julio del 2000 en Wimbledon) por todo lo que significó. Además lo hicimos en césped y fue especial la forma como la ganamos. Pude disfrutar de haber jugado con mi hermano. Me acuerdo de todo, del ambiente, del público. Decían que no podíamos conseguirlo, pero lo logramos.

Si tuviera que decir cuál es el futuro del tenis nacional, ¿qué diría?

A mí me gusta ser optimista. Espero que no tengamos que esperar mucho tiempo para tener una nueva figura. Espero que no pasen más de cuatro o cinco años para aquello.(D)

Esperamos a corto plazo tener una nueva figura. El fanático quiere ver a un representante ecuatoriano en los grandes torneos. Nicolás Lapentti, extenista