El 16 de marzo del año anterior los dirigentes de Barcelona S.C., sonriendo y llenos de entusiasmo, presentaron a su contratación estelar para el torneo nacional del 2017, el gran goleador y eximio romperredes Ariel Nahuelpán. Después de hacer un relato sobre la catarata de goles marcados por el argentino en su carrera de 11 años en la primera división, el multitatuado 'ariete' expresó una frase que quedará para la antología del disparate: "Estoy con muchas ganas de hacer historia en este club que es tan lindo" (EL UNIVERSO, marzo 17 de 2017). Solo le faltó decir que lo había amado siempre, como solía hacerlo el desaparecido atacante paraguayo Roberto Cabañas (1961-2017) con la camiseta de los doce clubes (entre ellos nuestro Barcelona, en 1994) que vistió en sus 22 temporadas de carrera.

Y ya Nahuelpán dio el paso que lo ha situado en la historia. Por primera vez en los 67 años del profesionalismo ecuatoriano un jugador activo ha demandado a su club y ha solicitado que lo suspendan, de modo que no siga participando en el campeonato nacional. Esto mientras pide al técnico la titularidad para aportar con sus goles (?) a la consecución del triunfo en la segunda etapa en la que el ídolo marcha puntero. Es como si el piloto de un avión en vuelo quisiera apagar los motores porque le deben el sueldo.

"Nos parece contradictorio que por un lado, en la cancha, uno lo ve a Ariel matándose por meter goles, por ganar puntos, y por otro lado nos hace este reclamo en la Federación que nos puede llevar a perder puntos, como ya nos pasó el año pasado por las deudas; nos puede impedir jugar y hasta nos puede hacer perder la categoría", dijo José Francisco Cevallos en uno de los pocos momentos libres que le deja su precampaña para aparentemente buscar ser prefecto del Guayas.

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Los propios dirigentes de Barcelona han reconocido la deuda, pero alegan que no tienen liquidez para pagar al jugador. La Federación Ecuatoriana de Fútbol aceptó el reclamo y le dio a los canarios hasta el pasado 18 de agosto para saldar lo debido, so pena de suspensión. El presidente de Barcelona ha dicho que hubo que escoger entre pagar los adeudos de Andrés Franzoia, Brahian Alemán y el técnico Gustavo Costas, cuyas demandas estaban en la FIFA. Este organismo amenazó a la institución con mandarla al descenso si no ponía los billetes. Lo de Nahuelpán quedó para después pero el 'artillero' creyó que era para nunca y se apresuró a demandar. Pese a existir letras de cambio inscritas la FEF reculó el martes último y dejó sin efecto la suspensión del club. La defensa del atacante argentino declaró que va a emprender una acción ejecutiva en la justicia civil para cobrar la deuda que sobrepasa el millón de dólares.

Qué le vieron los dirigentes de Barcelona a Nahuelpán para sacarlo de Inter de Porto Alegre? Si lo consideraban un verdugo del área rival sus números en Brasil lo condenaban: en el 2016 pasó más tiempo en la banca o en las tribunas.

No hay una sola arista entendible en todo este embrollo vergonzoso. Nahuelpán negoció su contrato y Barcelona aceptó las condiciones del futbolista. Hoy alega que no puede pagar. El contrato con el jugador es por tres temporadas y recién va corrida la mitad del compromiso. No puede separarlo porque entonces quedaría debiendo la mitad del contrato. La postura ética del demandante es cuestionable pues está activo y no rinde nada en la cancha. Para muchos, en vista de su inutilidad, debió haber pedido la terminación del contrato y entonces demandar por las letras pendientes. Si Barcelona estaba acorralado por las acreencias cuyo monto nadie conoce con exactitud ¿por qué contrató a Nahuelpán y se comprometió a pagarle un millón y medio de dólares en cinco letras de cambio? ¿Por qué se supra valoró su calidad de goleador y se le fijó un muy alto sueldo para luego tenerlo en el banco, decisión técnica acertada porque no le hace un gol ni al arco del meridiano terrestre que midieron los académicos franceses?

Un punto aparte. Ecuador padece una muy alta inflación futbolística que no está en concordancia con la situación económica del país, con las finanzas de los clubes, las pobres taquillas y el nivel deplorable de nuestro campeonato nacional. Pagar tan altas planillas a jugadores mediocres requiere de magias financieras al estilo de David Copperfield que solo pocos clubes de buena organización y contactos para conseguir auspicios cuantiosos -cuando no, de fortunas que suplen lo que no hay- pueden salvar una temporada.

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¿Qué le vieron los dirigentes de Barcelona a Nahuelpán para sacarlo de Internacional de Porto Alegre a inicios de 2017? La estadística es fácil examinarla en el internet. Si lo consideraban un verdugo del área rival sus números en el Inter lo condenaban: en el 2016 más pasó en el banco o en la tribuna que en el césped; jugó apenas 9 partidos y anotó un solitario gol. Su rendimiento frente al arco con el Inter fue del 11%. Pues este jugador deslumbró a los dirigentes toreros que corrieron a firmarlo por millón y medio de dólares para traerlo. Es la segunda edición de lo sucedido con Rolando Zárate, que había marcado 5 goles en tres años y por poco causa la quiebra de Barcelona pero su empresario engatusó a los dirigentes de entonces como lo hizo el de Nahuelpán con los directivos de hoy.

Si Barcelona estaba acorralado por las acreencias cuyo monto nadie conoce con exactitud ¿por qué contrató a Nahuelpán y se comprometió a pagarle un millón y medio de dólares en cinco letras de cambio? ¿Por qué se supra valoró su calidad de goleador.

Ariel Nahuelpán debutó en el club Nueva Chicago en el 2006. Dos años más tarde había jugado 41 partidos y anotado 9 goles con un promedio del 21%. El club ese año se fue al descenso. De 2008 a 2010 fue traspasado a Coritiba de Brasil, en el que jugó 49 partidos y anotó 17 goles (35%). En 2010 fue adquirido por Racing de Santander, en el que jugó hasta 2012. Su paso por el club español fue deplorable: 46 partidos, 6 goles y un anémico promedio de 13%. En enero de 2012 el primer club sorprendido en el Ecuador fue Liga de Quito, en cuyas filas jugó 41 partidos y sólo marcó 11 goles ( 26,%).

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Barcelona lo observaba y sus perspicaces dirigentes, tan entendidos en fútbol, lo llevaron a sus filas como implacable goleador. En 2013 lo trajeron como goleador. Jugó 23 cotejos , logró 13 goles y alcanzó un promedio de 56%, el mejor de su vida. Si todo hubiera quedado allí hoy la contratación de este delantero podría haberse justificado. Pero de Barcelona se fue a Pumas de México que pagó 5 millones de dólares por su pase. Estuvo presente en 21 partidos pero su rendimiento fue deplorable. Apenas 6 veces marcó con un promedio de 28%. A los Pumas les costó casi un millón de dólares cada gol de su costosa 'estrella'.

Después, en 2013, fue a Tigre de Buenos Aires donde marcó 3 goles en 18 encuentros. Su otra campaña en 2014 fue en Pachuca con 28 tantos en 60 partidos. Después vino el fracaso en Inter con 9 partidos y un gol. Tan impresionante rendimiento despertó la codicia de Barcelona, que lo trajo prometiendo pagar lo que no tenía. En 2017 jugó 33 partidos y 6 goles y en 2018 apareció 17 veces con 6 goles. Vamos a ver qué pasa en la FIFA. En la justicia ordinaria no hay nada más que pagar. Lo de Nahuelpán, José Ayoví y Frikcson Erazo evidencian que administrativamente Barcelona es un barco a la deriva. (O)