Lo de Ariel Nahuelpán es una carga anímica excesiva. Tras la salida de Jonatan Álvez, él quedó bajo la responsabilidad de ser el goleador de Barcelona. Desde el punto de vista emocional –el fútbol es un deporte emotivo, de momentos– a Nahuelpán le está pesando esa mochila muy muy grande. Ahora, desde lo futbolístico, cobrar penales requiere de una técnica estupenda; hay maneras de patearlos. Ante Técnico Universitario, Nahuelpán se para mal, sobre todo en el primero. Es muy avisado. Sí hubo un relajamiento excesivo en esa ejecución.

Futbolísticamente, ya como estructura de jugador, Nahuelpán no es el elemento que necesita Barcelona para esa posición, sabiendo lo que se tiene al lado. El balompié es un deporte de velocidades actualmente y tienes elementos tan rápidos en las bandas como Érick Castillo, Marcos Caicedo, Jonathan Betancourt, Ely Esterilla, que son velocísimos. Cuando ellos están llegando al área, y están levantando la cabeza, Nahuelpán viene recién por mitad de cancha, corriendo. Siempre llega tarde, a destiempo; ya le pasó con Universidad Católica. Las velocidades son diferentes.

Nahuelpán intenta salir a jugar cuando él no es muy dúctil para hacerlo. Está queriendo hacer de todo y ser todo. Eso lo desconcentra y lo hace salir de su posición real, que es la de centrodelantero. Más bien es Juan Ignacio Dinenno quien está teniendo un poco más de conexión con estos jugadores exteriores. Incluso está teniendo mayores opciones de gol.

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¿Que si no tiene futuro Nahuelpán en el ataque de Barcelona? Yo creo que es un buen futbolista, pero hay jugadores para equipos y equipos para jugadores. Las características de velocidad que tiene el club canario no las tienen así nomás otros equipos en el país. Futbolistas tan rápidos por fuera hacen que Barcelona necesite un jugador muy veloz por dentro también. Álvez lo era. El uruguayo, cuando la jugada estaba en progresión exterior, ya estaba entrando, de manera interior, por el carril central. Por la velocidad de los de afuera a Nahuelpán le cuesta muchísimo llegar a esa zona.

Creo que Nahuelpán va a acarrear estos problemas si sale demasiado del área, de su movimiento natural que debe ser dentro del área. El argentino necesita tener recorridos más cortos para poder igualar la velocidad que tienen los demás. No creo que sea el jugador que necesite Barcelona en este momento en el área. Más bien Dinenno tiene algo más de rapidez para emparejarlo con la velocidad que tienen los exteriores.

En cuanto a si fue correcto que pateara el segundo penal, hablar o sacar conclusiones cuando se han realizado las cosas en los partidos siempre es muy fácil. Qué pudo haber hecho, por qué no lo hizo, debió haber hecho esto, etcétera. Pero la realidad está en que si un futbolista se tiene confianza, es correcto (volver a cobrarlo). No hay nada malo en que lo haya intentado otra vez. Es una situación de confianza. Hay que tomar decisiones en el momento y Nahuelpán y el DT Guillermo Almada las tomaron. En ese sentido me parece correcto. Si hacía el segundo probablemente no pasaba absolutamente nada. Levantaba su confianza y se borraba lo de la primera ejecución. El problema es que lo erró y son situaciones que van marcando.

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Sobre si creo que Nahuelpán debe patear el próximo penal que le piten a Barcelona, la primera pregunta es si el delantero debe jugar el siguiente partido de titular. Yo creo que no. Debe resolver la carga anímica que está teniendo. Desde el punto de vista futbolístico, los defensas de Independiente (rival de los toreros en la tercera jornada) son muy rápidos y Barcelona requiere velocidad en ataque. Creo que Dinenno es un poco más adecuado para eso.

Pero si Nahuelpán está en la cancha y hay un penal, y tiene la decisión de patearlo, es un profesional y para eso está preparado; está capacitado para hacerlo. No vería ningún inconveniente en que decida eso. Si lo anota o no es relativo. Pero creo que ya debería tener más oportunidades Dinenno; debe pensarse más en él. Pero insisto, es por una situación futbolística, de velocidades en ataque. De ahí veremos cuánto puede Nahuelpán progresar y superar la carga anímica que tiene. (O)