El City vuela. Su sombra celeste cubre todo el cielo futbolístico de Inglaterra; y ya se cierne sobre el resto de Europa. Es la dimensión que está tomando el hermano menor del Manchester United, que pinta para ser un equipo de autor: el City de Guardiola, como hace algunos años fue el Barcelona de Josep Guardiola. El domingo anterior dio cuenta del Arsenal por 3-1 y consiguió uno de los mejores inicios de temporada en once fechas de toda la historia del campeonato inglés, desde 1888: diez victorias y un empate. Con un agregado: en tan breve lapso les sacó 8 puntos de ventaja a los escoltas. En Champions lleva puntaje ideal al ganar sus cuatro encuentros y ya clasificó a octavos de final.

La variante con relación al City de Roberto Mancini (campeón 2012) y de Manuel Pellegrini (campeón 2014) es que este de Guardiola además de buscar el título de la Premier apunta también a Europa; quiere la Champions. Y muestra un fútbol explosivo: ha marcado 38 goles en esas 11 fechas iniciales, a una media de 3,45 por partido y con una diferencia de gol de más 31. ¡Más 31 en once fechas…! ¿Habrá pasado antes…? Ha goleado 7-2 al Stoke City, 5-0 al Crystal Palace, 6-0 al Watford. A nivel europeo anotó 12 veces en cuatro juegos. Total: 50 goles en 15 partidos. Aplastante.

La gran diferencia entre este City 2017 de Pep y aquel Barça tan suyo de 2008-2012 es que el equipo catalán contaba con una ancha base de jugadores surgidos de sus divisiones menores, como Víctor Valdés, Carles Puyol, Gerard Piqué, Sergio Busquets, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Lionel Messi, Pedro…

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En cambio, los veinte profesionales que utiliza el técnico en el City son fichados de otros clubes, y todos a precios millonarios. El único punto en común con ambos es Yaya Touré, el fenomenal marfileño que, no obstante, cuenta poco para Guardiola: lo sacó de aquel Barça y casi no lo utiliza ahora. En su puesto está Fernandinho, un intocable para el DT.

Un detallito: frente al Arsenal, el equipo Ciudadano entró al campo con Ederson (40 millones de euros€), Kyle Walker (57 millones), Stones (55,6 millones€), Otamendi (48 millones€) y Delph (11 millones€); De Bruyne (74 millones€), Fernandinho (40 millones€) y David Silva (33 millones€); Sterling (68 millones de euros€), Agüero (45 millones€) y Sané (50 millones€). Dejó en el banco a Claudio Bravo (18 millones€), Danilo (30 millones€), Mangalá (40 M€), Yaya Touré (30,5 millones€), Gundogan (27 M€), Bernardo Silva (50 millones€) y Gabriel Jesús (31 millones€). No entraron en convocatoria por lesiones Mendy (57 millones€) y Kompany (11,3 millones€). Total: 816,4 millones de euros, sin contar con que algunos pases como los de Kompany, Touré, Agüero o Silva se realizaron hace varios años y sin contabilizar las variables por objetivos, con lo cual la cifra a valor real supera los 1.000 millones de euros. Un auténtico equipo de chequera.

Para Alex Ferguson es un escándalo que contraviene los códigos del fútbol. “Por mucho que hayan gastado, ganarles siempre depende del United”, dice desafiante en su libro Liderazgo. Y agrega: “Pese a todo ese dinero, el sábado solo podrán comenzar el partido con once hombres”.

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Las similitudes futbolísticas con aquella máquina azulgrana son el cuidadoso trato de balón, la feroz presión alta sobre la salida del rival y la ambición ofensiva, un sello del catalán: sale a dominar y golear en todas las canchas. En los Citizens, sin embargo, y esto obedece a las características de los jugadores, hay mucho más vértigo. Uno de los medios es De Bruyne, de arranque veloz y frontal, un todoterreno que corre, marca, asiste, golea, y dos flechas por las puntas como son Leroy Sané por izquierda y Raheem Sterling por izquierda. Kun Agüero es la calidad y el gol (ha tenido que mejorar, agregar dinámica a su juego porque Guardiola sugirió que, de no hacerlo, lo sacaba de sus planes). El zurdo David Silva aporta la pausa y el toque, la bola filtrada; Fernandinho es un pistón implacable, corta y entrega; Otamendi está en un momento sensacional en la zaga, y el recién llegado lateral Kyle Walker (proveniente del Tottenham) confirmó que lo pagado por él es un precio justo.

De los clubes armados a base de chequera, el City es el de mayor éxito en función de lo que era y lo que es. En los nueve años que lleva como propiedad del jeque Mansour bin Zayed Al-Nahyan tiene conquistadas dos ligas, una Copa inglesa y una Copa de Liga. Pero, además, ha consolidado su posición como uno de los líderes de la Premier. Antes era apenas el patito feo de Mánchester, hoy es posiblemente más fuerte que el United. Y tiene un plantel de muchísima mayor calidad, sin duda.

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Lo más factible que suceda de aquí al final de temporada es que el City vaya aumentando su ventaja respecto de sus rivales y que gane el campeonato de orejas paradas. El problema de Guardiola, sin duda, estará en Europa. Con semejante máquina, ganar la Premier es obligatorio, el tema es que ahora el foco está puesto en la Champions, y si no la consigue le pasará lo que en el Bayern, donde en tres años ganó tres veces la Bundesliga, dos copas de Alemania, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, lo cual para cualquier entrenador sería un ciclo glorioso, pero tratándose de Pep, si no hay Champions huele a fracaso.

En terreno continental debería toparse con otro proyecto estrictamente de talonario: el Paris Saint Germain, con Neymar, Cavani, M’Bappé, Rabiot, Verratti, Draxler, Dani Alves, etcétera. El PSG enfrenta el mismo dilema del City: tener que saltar la valla europea. Lo han intentado una y otra vez pero hasta ahora la chequera no puede contra la tradición, que es lo que tienen auténticos grandes como Barcelona, Real Madrid, Bayern Munich, Juventus, Manchester United. Estos también se fajan con la chequera, pero con más disimulo.

Al igual que el City, el PSG muestra un apetito ofensivo escandaloso, acaso más que el cuadro de Pep: es líder en Francia con 39 goles en 12 partidos (¡también tiene más 31…!) y líder en su grupo europeo con 4 jugados, 4 ganados, 17 goles marcados (4,25) y ninguno recibido. Aterrador. El tema es cuando lleguen los cruces a partir de octavos de final. Esas son las batallas bravas. Ahí se verá si la mente es tan fuerte como la billetera.

(O)

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El problema de Guardiola, sin duda, estará en Europa. Con semejante máquina, ganar la Premier es obligatorio, el tema es que ahora el foco está puesto en la Champions.