La década del 60 significó en el país un alucinante desfile de las más formidables estrellas del balompié mundial. Se presentaron todos los grandes cracks del momento (Pelé, Alfredo Di Stéfano, Lev Yashin, Garrincha, Ferenc Puskas, Berti Vogts, Sandor Kocsis, Dragan Dzajic, Rivelino, Dragoslav Sekularac, Gunter Netzer, Héctor Pibe Rial, Mario Zagallo, Zoltan Czibor, Zito, Giovanni Trapattoni, Nilton Santos, Josef Masopust, Cesare Maldini, Didí, entre otros), y arribaron a Ecuador con los uniformes de los más prestigiosos y poderosos equipos de Europa y Sudamérica.

Fueron épocas en la que la realidad era mejor que los sueños futboleros más atrevidos de los hinchas ecuatorianos. Y para completar la lista de grandes genios del balón que jugaron en el Capwell, Modelo y Olímpico Atahualpa, en 1967 llegaron Eusebio y Enrique Omar Sívori.

El 9 de junio de hace medio siglo el Nápoli enfrentó en Quito a la selección de Pichincha. Los italianos tenían como máxima figura al argentino Sívori, quien por “mucho tiempo fue considerado el mejor futbolista de Europa. Eslabón perdido entre Di Stéfano y Maradona, contemporáneo y rival de Pelé”, señaló El Gráfico en el 2015.

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Los napolitanos también alinearon al brasileño José Altafini (Mazzola), campeón mundial en 1958 y luego seleccionado italiano. Era un “típico delantero centro, potente y veloz, sabía jugar fuera y dentro del área. Un 9 como hay pocos hoy en el mundo”, aseveró el diario AS sobre el también artillero del Milan y Juventus. Y por si no bastara, incluyó al goleador albiceleste Antonio Valentín Angelillo, el mayor anotador del torneo de Italia de 1959, con el Inter (33 tantos).

Altafini abrió la cuenta a los 38 minutos. Pero “Polo Carrera fue poniéndose a la par de los astros napolitanos. Lucía tanta categoría como el mejor de ellos” y “el gol quiteño tenía que producirse por el peso de su juego”, relata Eduardo Vásconez Viver en el tomo 3 de su minuciosa obra El fútbol de Pichincha. Hechos y partidos históricos. Mario Zambrano, con “un tiro rasante”, igualó a 1 tras una carga iniciada por Carrera (53m).

Y en el estadio Modelo, el 20 de agosto de 1967, el Benfica protagonizó ante Barcelona un amistoso. Eusebio era el astro del club portugués, que trajo a varios de los futbolistas que ganaron la Copa de Europa de 1961 y 1962 con el equipo rojo. Íntegra la delantera del Benfica que midió a los toreros fue la del Mundial 1966: José Augusto, Torres, Eusebio y Simoes.

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Este Diario reseñó: “La Pantera de Mozambique y sus compañeros dieron una demostración de auténtica calidad, de fútbol de alta escuela”. Agregó: “Fue una fiesta del fútbol, un espectáculo inolvidable”. De Eusebio, autor de dos golazos en “el laborioso triunfo” 3-2, se comentó: “El crack sacó a relucir su devastadora eficacia en los tiros libres. Una potencia en el disparo que asombró al público. Cada vez que fue a cobrar un tiro libre había tensión en el estadio”. Washington Muñoz y Félix Lasso descontaron. (D)