A las 15:00 de ayer, un directivo de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) se dirigía a un banco de la ciudad a “gestionar” un préstamo –uno más de los que ya ha hecho el organismo–, para tratar de cumplir con los clubes el aporte mensual que les corresponde por los derechos de televisión.

No revela el monto por el cual la FEF pretendía contraer una nueva deuda, pero afirma que a los clubes “se les tiene que pagar hasta el día 5 de cada mes”. Marzo ya corría con cinco días de atraso hasta ayer. Y la deuda de $ 3’387.199, registrada hasta febrero (incluido un saldo de $ 452.343 del año pasado), ya aumentó a casi $ 5 millones.

Otra fuente de la FEF mencionaba un día antes a este Diario que el malestar en los clubes lo están conteniendo “con parches”, pero el hartazgo con los medios que tienen los derechos, los incautados Gama y TC, está en aumento. Lo expresó el presidente de la FEF, Carlos Villacís, el martes: “Nos habían ofrecido $ 2 millones, aunque la deuda es mucho más, pero nunca vino el cheque y ahora nos dicen que esperemos al próximo martes. ¡Esto no puede ser. Tiene que haber seriedad!”.

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“Nosotros tenemos contrato con Gama y TC hasta fin de año y allí gracias a Dios termina todo”, agregó Villacís.

La misma exclamación tuvo el dirigente de Liga de Quito, Esteban Paz, también preocupado por la falta de pago. “Hemos tenido varias reuniones desde hace meses con el presidente y varios miembros de la FEF. Estamos muy preocupados por lo que sucede con el actual contrato, es complicado tener un socio que no paga y no cumple, pero ya se termina”.

Las críticas a los medios controlados por el Estado, que dejaron de transmitir los partidos después de las elecciones del 19 de febrero, con apenas tres fechas jugadas hasta entonces, se dispararon al conocerse que el resto del campeonato solo podrá observarse por tres operadoras de cable a las que los incautados cedieron los derechos.

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Y se avivaron el jueves cuando Pedro Delgado, quien dirigía el fideicomiso que manejaba los bienes incautados a los exaccionistas de la banca cerrada, reveló desde Miami, Estados Unidos, que hubo “mal manejo económico” en los canales. Citó un ejemplo: “Pagar $ 2 millones para comprar los derechos del Barcelona, usando recursos que el fideicomiso les dio (a TC y Gama) para pagar impuestos, y de ese dinero $ 300.000 fueron a una empresa que no es Barcelona”. Se refería a la firma Goldlit S.A. que está domiciliada en el estadio Monumental, según consta en los registros de la Superintendencia de Compañías. (D)

$ 22
millones sería la base de un nuevo contrato desde 2018.

Los clubes están esperando el pago y nosotros buscando plata en los bancos, para cubrir esos pagos. Falta seriedad de esos canales.Carlos Villacís, presidente de la FEF