Las banderas ondearon a media asta este lunes en la provincia irlandesa de Munster, una de las muchas muestras de luto en el país por la muerte, a los 42 años, de la leyenda del rugby Anthony Foley.

Foley, entrenador del equipo del Munster, fue hallado muerto en la habitación de su hotel en París unas horas antes del encuentro, el domingo, entre su equipo y el Racing 92.

A la espera de los resultados de la autopsia, se ignoran las causas de su muerte, pero no son sospechosas.

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El primer ministro irlandés, Enda Kenny, laudó la figura del entrenador que antes fue internacional irlandés en 62 ocasiones, como hizo el domingo el presidente Bernard Higgins.

“Anthony era una figura legendaria del Munster y el rugby irlandés. Es trágico perder tan joven a un hombre tan fantástico”, dijo.

Este cálido tributo al hombre que jugaba de centro, que capitaneó al Munster que conquistó su primer título europeo en 2006 y encarnó el lema del equipo, "levántate y lucha", fue uno de los muchos prodigados desde que se conoció la muerte.

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Un compañero de equipo de su época de jugador, Ronan O'Gara -que entrena al Racing 92- dijo tener el “corazón roto”.

“Hemos perdido a un hombre increíble”, dijo O'Gara, que ganó con Foley la Copa de Europa, la Liga celta y una Triple Corona con Irlanda.

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Thomond Park, el estadio del Munster, atrajo a numerosos hinchas afligidos hasta las lágrimas. Las puertas estaban cubiertas de flores, bufandas, camisetas y otros recuerdos del jugador.

La gente hizo cola para firmar en el libro de condolencias al hombre que disputó 188 partidos con el equipo, y fue capitán en 58.

Foley, cuyo padre Brendan ya jugó con Irlanda y formó parte del equipo histórico del Munster que derrotó a los All Blacks de Nueva Zelanda en 1978, era recordado por su sentido del humor, entre otras cosas.

“Siempre trato de tener presente que los elogios y las palmadas en la espalda están a un paso de las patadas en el trasero”, dijo en una ocasión. (D)

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