El bravo capitán, figura y símbolo de Barcelona en inolvidables jornadas de antaño, está de visita en Guayaquil tras once largos años de ausencia. Francisco José Paes (nacido en Sao Paulo el 26 de marzo de 1946) o Pepe Paes, simplemente, porque así entró en la historia, recibe hoy un homenaje del club torero en el estadio Monumental. Una década como canario, tres títulos, y metido para siempre en el corazón de los amarillos, Paes habló con este Diario el viernes del club de sus amores.

Usted llegó en 1971, ¿qué expectativas tenía?
Vine por tres meses que se convirtieron en 10 años. Era joven (de 25 años). No conocía Ecuador. No sabía del país. Otto Vieira (el DT) me dijo: “Vamos a Ecuador, a un equipo ídolo, a jugar la Copa Libertadores unos tres meses y te regresas a Brasil”. Vine, me fue bien, a la gente le gustó como jugaba y fui contratado definitivamente.

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¿Cómo lo recibió la afición torera en aquella época?
Yo jugaba en un club chico, el Portuguesa (de Sao Paulo) y resulta que Barcelona era un ídolo, como Corinthians. Eso realmente me emocionó.

Y fue campeón de Ecuador en ese mismo año 1971.
Sí, fuimos campeones. Me acuerdo de (Juan) Madruñero, (Miguel Ángel) Coronel y Gerson Teixeira, con el que jugué poco tiempo. Ellos tocaban muy bien la pelota.

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También jugó con Alberto Spencer en Barcelona.
¡Ah, Spencer era otra cosa! Ya era el máximo goleador de la Copa Libertadores (48 tantos en Peñarol y 6 en Barcelona. Su récord está vigente). Alberto era un caballero, era mi amigo. Fue siempre muy tranquilo, hablaba poco y era un gran futbolista a pesar de los años que ya tenía. Vino ya para retirarse, pero con su experiencia nos ayudó (a ganar la estrella de 1971).

¿Qué representa para usted La hazaña de La Plata?
Fue uno de los partidos que más me emocionó. Estudiante era famoso, tricampeón de América. Palmeiras, que era una academia de buen juego en Brasil, ni vio la pelota contra ellos (en la final de 1968). Cuando nos ganó acá (0-1) en semifinales, fuimos a Argentina pensando que tal vez perdíamos. Pero el fútbol tiene sorpresas. Ganamos. No fuimos dominantes. Hicimos el gol y nada más. Nació una pelota bien trabajada (por Jorge Bolaños) y un pase profundo (de Spencer) para (Juan Manuel) Bazurko. El padrecito español sabía hacer goles. El resto del partido nos dominaron. (Édison) Saldivia hizo un partidazo (el arquero Jorge) Phoyú atajó mucho, (Luciano) Macías y (Vicente) Lecaro se lucieron en la defensa. Ese resultado fue una sorpresa para todo el mundo.

¿Cómo fueron recibidos?
Yo venía de un fútbol donde si no sales campeón nada sirve. Al volver (tras la derrota en Chile, con Unión Española) a Guayaquil por ese partido con Estudiantes nos recibieron como campeones del mundo (ríe). Son emociones que se graban. A Barcelona lo tengo en el corazón y la mente.

¿Con cuál de los tres títulos que ganó se queda?
Con el de 1980. Teníamos un equipo donde me divertía mucho con mis amigos de la delantera: Mario Tenorio. Escurinho, Ney, (Víctor) Ephanor y (Wilson) Nieves. ¡Qué equipazo! Era solo pasarles el balón y ellos resolvían para nosotros.

Usted fue versátil en la cancha. Háblenos de eso.
Cuando vine yo era volante y auxiliaba a los delanteros. Después me fui para atrás porque la edad iba llegando. Alguna vez fui marcador de punta y otra delantero. Solo me faltó el arco. Recuerdo que un día (el DT Pablo) Ansaldo (en 1973) me dijo: ‘Hoy usted va de centrodelantero’. Me rompieron tres costillas ese día. ¡Casi me muero!

¿Su rival más difícil?
El Nacional era fuerte. Tenía grandes jugadores. Y no olvido los clásicos con Emelec.

¿Que rival fue más difícil?
Pelé, con el Santos, en los torneos paulistas. Y aquí Polo Carrera, que en la sierra era terrible. También el Bocha Ricardo Armendariz.

Y de sus compañeros de la época, ¿cuál fue el mejor?
Todos (ríe). Mi compadre (Jorge) Bolaños tenía una gran técnica. Pero el que nos hacía ganar mucha plata, porque jugaba muy bien, fue (Washington) Chanfle Muñoz. Además de sus tiros libres, qué centros les ponía a Nelsinho y Spencer. Eran espectaculares.

Jugó para Brasil, pero luego se nacionalizó ecuatoriano.
Con Brasil fuimos campeones en Uruguay de la Copa Río Branco (en 1968). Brasil hizo un Mundial decepcionante en Inglaterra (1966) y venía el turno para nuestra generación, pero no conseguí el puesto.

¿Quién se lo ganó?
Estaban Rivelino y Gerson. Eran mejores que yo. Acá tenía cariño por Ecuador (se nacionalizó) y me frustró no clasificar al Mundial 1982.

¿Mejoró nuestro fútbol?
Claro que sí, me dio gusto ver a Ecuador en tres mundiales. No le pierdo la pista al fútbol de acá. Cada domingo abro EL UNIVERSO (en la web) para ver si Barcelona es primero.

¿A qué se dedica ahora?
Estoy jubilado. Trabajé en escuelas de fútbol, pero voy a crear la Federación Paulista de Máster. Se jugará en el estadio Pacaembú, de Sao Paulo, un torneo corto. Pero el año que viene haremos el campeonato de fútbol máster. (D