La columna anterior, que trató el tema de cómo acortar el tiempo de duración de los juegos de béisbol, generó la participación de algunos de nuestros amables lectores.

El economista Andrés Baquerizo –primer tricampeón juvenil de la Liga Miraflores en la categoría juvenil, con el equipo Los Ceibos, campeón en mayores con Cardenales y múltiple seleccionado del Ecuador, hoy alto directivo de una institución bancaria del país– recomienda imponer normas que agilicen los partidos.

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El expelotero propone: 1) Revisión de jugadas con video hasta dos veces por juego, lo que abreviaría las acciones y acabaría con las discusiones. 2) Que los bateadores acudan al círculo de espera con dos bates para en el caso de que se rompa uno en plena acción no se pierda tiempo buscando otro. 3) Ampliar la zona de strike para evitar muchas bases por bolas. 4) Que con la cuenta de dos strikes, un batazo que caiga afuera debe considerarse ponche tal como es con el toque. 5) Que el lanzador relevo debe estar listo sin calentar en la loma y 6) Limitar la cantidad de visitas a la loma hasta dos veces en todo el encuentro.

El doctor José de la Gasca, campeón sudamericano en 1966 y expresidente de la Federación Ecuatoriana de Béisbol (FEB), nos recordó que estos temas fueron analizados en distintos congresos de la IBAF (Federación Internacional de Béisbol, por sus siglas en inglés) ya en la década del 90, cuando se buscó reducir la duración de los compromisos acortando la cantidad de entradas, entre otras opciones.

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Hay otras normas que ya están puestas en práctica y también intentan disminuir el margen de errores humanos. Se aplica la revisión del video, que sirve para repasar jugadas polémicas y evitar que un error arbitral pueda influir en el resultado final.

Los entrenadores de los clubes pueden pedir a los árbitros la revisión de la acción que a su juicio violenta el reglamento. Esas repeticiones sirven para determinar si acaso un batazo fue bueno, si los batazos son buenos para dos bases por regla de campo, los robos de bases, los outs en las almohadillas, las obstrucciones e interferencias y los jonrones.

Cada estadio tiene una cabina de video a la que concurren los árbitros para revisar la jugada controvertida, luego de lo cual ratifican o cambian la decisión. Las jugadas son analizadas también por un equipo especial en un centro de operaciones de árbitros en Nueva York, desde donde se informa por vía telefónica la decisión final en pleno partido.

Un mánager no podrá discutir con los árbitros mientras se están revisando las acciones, aunque lo podrá hacer después de la determinación final, con el riesgo de ser expulsado en razón de que los fallos son inapelables.

En los seis primeros episodios cada entrenador puede solicitar una sola revisión y a partir del séptimo hasta dos.

Un estudio realizado ha revelado que en un juego de béisbol solo hay un promedio de 18 minutos de acción, el resto del tiempo se gasta en cambios de entrada, sustitución de los lanzadores, visitas constantes al montículo. Por estas tardanzas este deporte está encaminado a variantes que lo agilicen, como ya se cumple en la Liga Instruccional de Arizona.