Un milagro. Eso necesitó Alemania para que su fútbol se convirtiera en uno de los más respetados, ganadores y temidos del universo. Y así ocurrió. El actual tetracampeón del mundo goza de condición de favorito permanente para coronarse en todos los certámenes en que compite desde 1954, año en que se produjo el llamado ‘Milagro de Berna’, origen de la grandeza del balompié teutón.