El exfutbolista uruguayo Pedro Virgilio Rocha, ídolo de la selección de su país y del Peñarol, donde fue compañero del ecuatoriano Alberto Spencer, murió la noche del lunes en Sao Paulo, como consecuencia de una enfermedad degenerativa, un día antes de cumplir 71 años.

Rocha, también venerado en el club paulista, murió en su casa tras una lucha de cinco años contra una atrofia en el mesencéfalo, enfermedad que afectó su habla y su capacidad de locomoción en los últimos meses, según relató ayer al canal SporTV su hijo, Pedrinho Rocha.

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El centrocampista es el único uruguayo que disputó cuatro mundiales (Chile 1962, Inglaterra 1966, México 1970 y Alemania 1974) y para muchos es considerado el mejor futbolista en la historia de su país.

El Verdugo anotó 81 goles con Peñarol, con el que ganó ocho títulos charrúas, tres veces la Copa Libertadores (1960, 1961, 1966) y dos Intercontinentales (1961 y 1966). En el Sao Paulo, club que defendió entre 1971 y 1977, disputó 393 partidos oficiales y anotó 119 goles. Ambos equipos lamentaron el fallecimiento de Rocha.

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En Brasil, el uruguayo jugó también en el Coritiba, Palmeiras y el modesto Bangú.

Después de su retiro, en 1980, cuando defendió al saudí Al-Nassr, Rocha decidió radicarse en Brasil, país donde dirigió a 17 clubes, entre ellos el Internacional de Porto Alegre, Coritiba, Portuguesa y Guaraní. El Uberaba fue el último club que condujo –en el Campeonato Mineiro– y al que dejó en el 2009, cuando comenzó a tratarse de su enfermedad.