• ¿Democracia o electoralismo?

    Vivir la democracia solo como la culminación de un evento, en que el pueblo se ha convertido en público espectador y transitorio actor de una suerte de parodia.

  • Vocación por la desventura

    ¿Por qué se fortalecen de tal modo el desencanto y la convicción de que no tenemos salida?

  • La república torcida

    Estamos embelesados en el penoso espectáculo de la república torcida, mirando las apuestas de mayorías que se creen propietarias del destino del país.

  • La infalibilidad

    Que la IA se equivoque, como al parecer ocurre, sería la confirmación de que es un factor de información interesante. Y no la fuente de la verdad absoluta.

  • La ‘cultura del desecho’

    Esta ha penetrado en la sociedad y la está transformando en un espacio precario, sin instituciones, sin compromisos duraderos, sin las necesarias certezas.

  • Genio y figura

    La muerte de Santiago Gangotena, absurda y trágica, sin embargo, hace patente su legado. Y plantea el desafío de mantenerlo.

  • La desconfianza

    ¿Cómo no desconfiar, si entregamos parte de nuestra libertad a un Estado que no sirve sino para cobrar impuestos, y del que solo recibimos palabrería?

  • La ‘cultura telegráfica’

    El problema es que ni las personas ni las instituciones están preparadas para semejante maratón, y que la prisa y la improvisación son malas consejeras

  • ¿Pensamos?

    El derecho no se piensa. No se plantea la necesidad de retomar las ideas básicas del Estado de derecho, el único adversario posible del poder.

  • ¿Es viable el Ecuador?

    Tengo serias dudas de que el país político, el de los partidos y movimientos, sea el país auténtico, el nuestro.

  • La ilusión movilizadora

    En medio del torbellino que vivimos, es preciso recordar las ilusiones que movilizan, que nos empujan y fortalecen.

  • Desamparados

    Quisiera creerles, porque se trata de mi país, de nuestro espacio y de nuestra casa. Pero es imposible que sus discursos restauren la confianza.

  • Democracia sin República

    Vivimos un electoralismo sin República, un parlamentarismo sin representación efectiva, un discurso sin responsabilidad.

  • Odio, sentimiento y táctica

    Lo que ocurre en Latinoamérica es ejemplo de la degradación de las instituciones.

  • Visto de otro modo

    El país es un inventario de sujetos ambiciosos, de caudillos que se repiten y discursos que se gritan. De disparates que nos agobian.

  • ¿Qué significa votar?

    Si la democracia se reduce al evento electoral, lo sustancial de ella se habría perdido, y entonces no habría garantías de los derechos.

  • Ni quejas ni triunfalismos

    Me temo que los triunfadores crean que tienen en sus manos un cheque en blanco. Que su elección no acarrea deberes y que les han elegido para cumplir consignas.

  • Embobados

    El electoralismo ha roto a la sociedad, ha convertido la sensatez en una especie en extinción, al sentido común en atributo de los ingenuos.

  • La indignación y la vergüenza

    La extinción de la indignación y la abdicación de la vergüenza son terribles evidencias de que estamos sumergidos en una sociedad insensible.

  • Entrevistas y debates

    Incertidumbre, decepción, dejan los recientes debates entre la infinidad de candidatos a todo.

  • El campo, ese olvidado

    No es bueno desatender los problemas que afectan a miles de productores agropecuarios.

  • El veneno de los mitos

    Lo mitos políticos son, quizá, uno de los mayores males que aquejan a las sociedades modernas.

  • La brevedad y la verdad

    Estos son los referentes que obligan a quien tiene el privilegio de escribir y publicar.

  • Navidad tumultuaria

    Reivindicar la Navidad, y volver a las viejas costumbres, es imposible. No lo es, en cambio, pensar, con sentido crítico...

  • Estamos ocupados

    ¿Será posible pensar, con alguna serenidad, en esta agobiante y apurada realidad?

  • Decadencia de la corbata

    Sufre la solemnidad que expresaba la corbata y caduca una moda que tuvo vigencia social por mucho tiempo.

  • ¿Muere la inteligencia?

    En semejantes condiciones, es difícil profundizar en ideas abstractas, e incluso en las que, sin tener la abstracción que siempre asusta, sean algo elaboradas.

  • ¿Quo vadis, Ecuador?

    Está claro que unos son los intereses de los poderes y otros los precarios afanes de la sociedad.

  • El poder moral

    No hay que engañarse. La economía y la política sin ética son puro oropel. Mentiras siniestras.

  • ¿Pueblo o turba?

    A veces pienso que la democracia en la que nos hemos instalado es un sueño del que no queremos despertar.