• La cultura del servicio

    Lo que legitima el poder, lo que sustenta las funciones del Estado es el servicio. Sin servicio no hay legitimidad.

  • Equívocos

    (...) no hay cultura política, no hay tradición republicana ni respeto a las instituciones y a la ley.

  • Responsabilidad

    Responsabilidad de cada cual, y de todos, en la tarea que reconstruir un país en que sea posible la paz.

  • El bloqueo perpetuo

    Puedo equivocarme, pero no he escuchado nada. Y la nada es ahora un enorme vacío para el país. Y es otra forma de acentuar el desaliento.

  • Una ciudad impersonal

    No soy quiteño. Me atrevo, sin embargo, a criticar a la ciudad que me acogió, porque ya no la reconozco.

  • El ‘arreglo’

    Inaugurar acuerdos públicos, transparentes y de largo aliento es tarea que implica muchas renuncias.

  • Nota para un presidente

    Enormes responsabilidades, señor presidente. Enormes esperanzas de mucha gente.

  • ¿Por qué el poder atrae tanto?

    Es fuente de enriquecimiento, a menos que el poderoso practique una ética incuestionable.

  • Los inefables asesores

    Que asesores sin rostro metan las narices en todo, vendan sus ideas e intereses y hasta propongan los perfiles políticos de un país resulta injustificable.

  • Los rostros del país

    Creo que aún es posible hablar del país como asunto de todos y como argumento de la vida de cada cual.

  • Enseñar y aprender

    Se quedaban con la convicción de que las certezas no eran perfectas ni definitivas, de que no cabían los dogmas...

  • Seguridad

    Se cae el país que no supimos ni entender ni defender, mientras prosperan las declaraciones inocuas de un gobierno inútil.

  • La simplificación

    En eso, precisamente, consiste la abdicación de la capacidad crítica, el sometimiento a lo que nos cuentan...

  • La desinformación

    La sociedad necesita un mínimo de creencias que vinculen a la gente, en las que, de algún modo, concuerde cada persona.

  • Notas sobre unas elecciones

    Estamos eligiendo un gobierno transitorio, que apenas tendrá tiempo para enfrentar los temas de la violencia...

  • La democracia instrumental

    ¿Y la responsabilidad de los representantes del pueblo, o ellos están blindados contra todos los despropósitos y los errores?

  • El dólar

    Semejante propuesta, de aplicarse, sería la fórmula de un fracaso anunciado, nacida de los sueños de noveleros soberanistas.

  • Lo ‘light’

    Eso es lo que se vende, comprensible para el negocio, pero preocupante para la cultura.

  • Síndrome de candidato

    La “mentalidad de candidato” que predomina en la vida pública, y en la privada, envenena la sociedad, mata la credibilidad.

  • Mi ciudad, mis derechos

    Vivimos enredados en campañas electorales, agobiados por las promesas de felicidad y salvación de cada candidato a redentor.

  • Los problemas de la representación

    La gente elegirá, como en otros temas, la esperanza. Y es comprensible que así lo haga. Pero, a la larga, es trágico...

  • Potestad legislativa condicionada

    Las facultades delegadas no son plenas. El presidente no reemplaza a Asamblea Nacional.

  • ‘Pensar’ el Derecho

    Hay que trascender de las ramas cargadas de interés coyuntural, de las cegueras políticas, y aventurarse más allá.

  • ¿Ciudadanía?

    En la plenitud de la campaña electoral, confirmo mi decepción de una democracia cada vez menos representativa...

  • La complicidad y el silencio

    Cada semana mueren decenas de personas en accidentes absurdos o a causa de imprevisiones inauditas y de crímenes espeluznantes.

  • Fraseología

    En la política, los contrastes son estremecedores. El idioma ha sufrido, y sufre, graves lesiones en los discursos y los debates.

  • ¿Democracia o electoralismo?

    Vivir la democracia solo como la culminación de un evento, en que el pueblo se ha convertido en público espectador y transitorio actor de una suerte de parodia.

  • Vocación por la desventura

    ¿Por qué se fortalecen de tal modo el desencanto y la convicción de que no tenemos salida?

  • La república torcida

    Estamos embelesados en el penoso espectáculo de la república torcida, mirando las apuestas de mayorías que se creen propietarias del destino del país.

  • La infalibilidad

    Que la IA se equivoque, como al parecer ocurre, sería la confirmación de que es un factor de información interesante. Y no la fuente de la verdad absoluta.