Las dictaduras son fuerza pura, imposición de las visiones del déspota. Incluso la ley, en el más democrático de los estados, tiene encapsulada la violencia...
(...) nos hicieron olvidar lo evidente: que sin honradez no hay país, que sin responsabilidad no hay sistema legal...
El hecho es que la tecnología nos ha cambiado la vida, a tal punto que cuando vemos un noticiario en la televisión...
El difícil equilibrio implica firmeza, pero supone justicia, prontitud, pero no precipitación, claridad de las reglas...
La grandeza no es asunto de balances y presupuestos solamente, ni de dinero en el banco.
(...) la caricatura quita los maquillajes y permite, con la apelación a la sonrisa, aludir a la verdadera índole de las almas...
(...) creo que a todos nos sorprendió por su rigor y su oportuna alusión a un país en el que todos soñamos...
La tremenda realidad es que hay mucho que entender, mucho que cambiar, mucho que desechar, mucho que restaurar.
Lo más probable es que usted no leyó ese documento farragoso, de 500 artículos enredados a propósito...
(...) un abrazo a la institución y un gesto respetuoso a su ya larga historia, y a los ilustrados personajes que la fundaron.
Javier Cercas, el escritor español, dijo en una certera conferencia, “el hombre es el animal que miente”. Lapidaria sentencia que nos concierne a todos.
(...) la mentira se convierte en verdad, la esclavitud en libertad, la paz en guerra, y nosotros en masas útiles, pero irrelevantes.
“Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político...”.
Alguna vez habrá que plantearse en serio esta paradoja nacional y asumir estos temas, incorporar el pasado y darle cara a la realidad.
La opinión pública vista como problema es la antesala de graves acontecimientos. Es el preludio de una democracia falsificada...
El país, tan complicado como está, merecía un trato más cordial de sus asuntos... más categoría, más respeto.
El concurso por captar el poder cuenta con poderosos aliados.
La discrepancia es mala palabra. Las apelaciones a la serenidad son opciones inaceptables.
La unanimidad, el dominio del pensamiento oficial y la ausencia de contradictores matan a las repúblicas...
El problema es que, al cabo de doscientos años, todavía discrepamos sobre temas esenciales...
(...) vamos perdiendo aquello que es esencial a cualquier sistema político que respete al individuo: el sentido común.
Tendremos dos meses de campaña, ardua, angustiosa. Proliferarán las denuncias, las ofertas de salvación...
La democracia bien entendida es un sistema de normas que imperan sobre el poder y sobre los ciudadanos.
Hubo debates que hicieron época y que pusieron en evidencia la fortaleza, debilidad o mediocridad de los personajes...
El miedo o el entusiasmo desbordados... niegan lo que la democracia nunca debe perder: serenidad, tolerancia y humildad.
Cambios, estrépito, progresos y retrocesos. Expectativas de la gente. Distintas angustias y esperanzas...
(...) contra toda opinión adversa, la decencia es la mejor evidencia para presentarse en el mundo.
(...) recordemos a los que fundaron este país y soñaron en una república, y murieron por sus sueños.
Reivindicar la Navidad, y volver a las viejas costumbres, es imposible. No lo es, en cambio, pensar, con sentido crítico...
Era especial, distinta, inexplicable la atmósfera que hacía de las librerías sitios singulares, silenciosos...