AP
Ámsterdam.- En medio de los sones rítmicos de una banda musical y fuegos de artificio, la reina Beatriz de Holanda reabrió el pasado sábado el Rijksmuseum, el museo nacional, después de una renovación de diez años que costó 375 millones de euros (480 millones de dólares).
El museo alberga grandes tesoros artísticos holandeses, incluidas pinturas de Jan Steen, Johannes Vermeer y Rembrandt van Rijn, de la llamada Época de Oro del siglo XVII. En ese entonces Holanda era una potencia naval y Ámsterdam, una de las ciudades más influyentes y ricas del mundo.
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La renovación por parte de la firma arquitectónica española Cruz y Ortiz procuró iluminar los patios de la estructura de ladrillos de 1885, que se asemeja a un castillo de hadas. Modernizó el interior del museo: ahora hay artículos culturales que se muestran junto a obras de arte del mismo periodo.
Por ejemplo, una sala exhibe pinturas que representan la batalla naval del río Medway, en 1667, en la que Holanda derrotó a Inglaterra. En medio de la sala hay un modelo de una nave del periodo de más de dos metros de largo, y también se muestran una espada y una copa que pertenecieron al almirante victorioso Michiel de Ruyter.
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Y sobre el marco de una entrada pende el mascarón de popa del buque insignia inglés Royal Charles, con las figuras de un león y un unicornio. Las fuerzas de De Ruyter remolcaron el buque enemigo y lo llevaron a Holanda.
Solo una de las 8.000 obras de la colección vuelve a su lugar original: la Ronda nocturna de Rembrandt, considerada su mayor obra maestra. Se alza en el lugar de privilegio de la Galería de Honor de estilo gótico. En la inauguración por parte de la reina Beatriz, titular de la Casa de Orange –la dinastía gobernante–, el museo instaló una alfombra naranja frente a la entrada principal. La soberana participó del acto. El Rijksmuseum anticipa recibir unos dos millones de visitantes anuales.