La cantante ucraniana Luchiana Hakman, que hoy canta en el Teatro Sánchez Aguilar, vino al Ecuador hace cuatro años. Fue el amor el que la trajo. Se casó con el tenor Carlos Villavicencio, un guayaquileño que realizó estudios en Ucrania, y que tras culminar su aprendizaje retornó a su ciudad.

Luchiana es una soprano que inició sus estudios musicales a los 6 años de edad. Hija de músicos, tomó clases de violín y luego desembocó en el canto lírico, una actividad que la ha llevado de gira por una diversidad de países europeos.

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Esta artista ha logrado adaptarse rápidamente a su nuevo país. Incluso ya se nacionalizó ecuatoriana y canta en español, un idioma que empezó a estudiar tan pronto llegó y ahora domina a la perfección. En este idioma interpreta baladas y, especialmente, boleros, ese género que la ha seducido, que le ha fascinado desde que lo oyó.

Refiere que en su Ucrania natal no escuchaba canciones en español. Cuenta que cuando empezó a entender el idioma, se dio cuenta de que las letras de los boleros eran maravillosas. “Es tan bonito expresar cosas del amor en esas canciones”, dice inspirada.

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Le gustan de manera especial las de Armando Manzanero, el compositor mexicano al que dice admirar. “Es un genio y el día que lo conozca será un día especial para mí”, afirma esta artista, quien pese a su juventud, es reacia a revelar su edad. Con simpatía señala: “mi mamá dice que una mujer es solo joven, joven y joven. Y luego, madura”.

La primera canción que interpretó en español fue Contigo a la distancia. Fue en una presentación en Ecuador y la gente se emocionó más con aquel tema que con el canto lírico. “Me di cuenta de que eso era lo que le gustaba al público”, refiere. Y luego se aprendió otras canciones: La barca, Por amor, Reloj, Esta tarde vi llover. “Me sentí muy bien cantando esas canciones. Y me dije por qué no ir por ese camino”, relata.

Para esta ucraniana, que trabaja como profesora de canto del Coro de Niños de la Universidad de Guayaquil, y que ha actuado en producciones de teatro musical como La novicia rebelde, de Danzasjazz, es importante que el repertorio que cante tenga una buena letra. Y las halla, sobre todo, en la música de antaño. Aunque también en una que otra actual.

Y no solo canta en español, sino también en otros idiomas, e incursiona en una diversidad de géneros. Es integrante de la agrupación Time Project Band, con la cual brinda conciertos. Y, asimismo, canta de forma individual.

Ahora promociona una canción que grabó: Tómbola, esa popular melodía que dice: “La vida es una tómbola tom tom tómbola/ La vida es una tómbola tom tom tómbola/ de luz y de color/ de luz y de color”. “Esta canción llegó a mi vida porque mi suegra me dijo: ‘por qué no pruebas con una canción que se llama Tómbola’. La busqué en internet y luego se me pegó lo de ‘tom, tom, tom, la vida es una tómbola’”. Aunque es un cover, ella le pone su toque personal. “Respeto el original, pero le hago variaciones”.

Piensa que los artistas tienen que sorprender siempre. Por eso ella, aunque conserva su estilo, en cada show trata de dar algo distinto. El de esta noche es una propuesta más íntima. Y a la par que sigue cantando las viejas canciones, busca nuevas. Dice que alguien va a escribir para ella, pues su intención es también interpretar canciones inéditas.

Show

La cantante Luchiana Hakman se presenta hoy, a las 20:00, en la sala Zaruma del teatro Sánchez Aguilar (avenida Samborondón). Su concierto se titula Contigo a la distancia.

Interpretará boleros populares como Sabor a mí, Contigo aprendí, Somos novios y otros. La entrada al show cuesta $ 15.