Al entrar a la Academia Militar, para participar del funeral de Estado, doña Elena Frías, la madre del presidente Hugo Chávez, rompió el protocolo: se paró frente a la multitud que desde afuera vería en pantallas gigantes el acto y con lágrimas y gestos respondió a los gritos de los seguidores del mandatario. Los brazos de la mujer se abrieron simulando un gran abrazo y luego su mano derecha golpeó varias veces su corazón y lo ofreció a los chavistas.