El sonido de una bomba inquieta a una niña siria que se refugia de los bombardeos en una zona rural del país. Ella agacha la cabeza, se rasca la nuca y empuña las manos. Luego le dice a un reportero que ansía regresar a su hogar. La escena se ve en un video publicado esta semana por bbcmundo.com.

Son las secuelas del enfrentamiento entre rebeldes y las fuerzas del régimen del presidente sirio Bashar Al-Asad. Una revuelta que se inició a mediados de marzo del 2011 en este país árabe. Desde entonces, la violencia ha recrudecido. Las fuerzas militares han aumentado los bombardeos con misiles balísticos. Y los niños son el blanco de algunos de los ataques. Solo durante la semana pasada más de 141 personas, incluidos 71 niños, murieron, informó la organización Human Rights Watch.

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Ahora que se acerca el segundo aniversario de la revuelta, las fuerzas armadas oficiales han recurrido a tanques, artillería y ataques aéreos sobre zonas residenciales, en su lucha contra los rebeldes por el control de las principales ciudades sirias.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que 70.000 personas ya han muerto y que se usan comunidades como escudos humanos y se da el reclutamiento forzado de niños para los combates. Según un reporte del Comité Internacional de Derechos Humanos Islámicos, la guerra civil siria ha provocado la muerte de unos cinco mil niños, mientras que otros miles se esconden en cuevas o viven en campamentos.