Cuando salió al lobby del hotel Marriot, donde tuvo lugar la entrevista la mañana del pasado sábado, la modelo argentina Laura Giovanetti lucía relajada y fresca. Estaba vestida con un jean y una camiseta de Barcelona que usó esa tarde, cuando asistió a la recaudación de fondos que organizó el ídolo del Astillero, denominada Barcetón.
Llegó al país para animar –por segundo año consecutivo– la Noche Amarilla, a la que fue invitada por la compañía de gaseosas Pepsi. Con sonrisa amplia y una facilidad de palabra que refuerza su profesión de periodista profesional, conversó con este Diario sobre los proyectos que la acompañarán durante este año y algunas realidades del modelaje.
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Hasta fines del 2012 laboró en DirecTV Sport. Justifica su salida de esa estación porque dice que se dedicará a la pasarela, faceta por la que adquirió fama en el 2003, cuando se marcaron sus inicios en ese ambiente después de que participó en el programa que impulsó la agencia del especialista en belleza Ricardo Piñeiro, Súper M 20/03, que se transmitió por el argentino Canal 13.
Dedicará este año “a full” al modelaje, indica: en campañas de temporada playera y en catálogos publicitarios. No descarta, sin embargo, aceptar propuestas en la televisión, un área que cataloga como su pasión. Esto porque admite que está consciente de que, por cuestiones de edad, la vida en la pasarela no es eterna.
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Sobre este tema, agrega con tono de franqueza: “No tengo la personalidad indicada para el mundo de la moda. Si quiero comer una hamburguesa, me la como; si no peso lo que alguien quiere, no me importa”.
Cuenta que ha tenido muchos problemas por eso y que sabe que la presión del medio enferma a muchas chicas con trastornos alimentarios, lo que lamenta.
Escuchar a una modelo diciendo verdades de esa profesión –que son secretos a voces– es algo que no ocurre todos los días. Ella, que se caracteriza por su carácter fuerte, no escatima descripciones en cuanto a esta actividad: “El modelaje es una carrera difícil porque es muy subjetiva. No hay un valor de la persona que prevalezca, no hay un talento, no hay una preparación. Es simplemente un envase”, justifica así por qué despuntó su destino hacia la televisión.
Lo hizo para alejarse del prototipo de modelo tonta, que solo sabe caminar bien y que no come porque es lo que le piden, continúa, casi indignada, su diálogo confesor.
No obstante, conocer lugares y vestir ropa fina es algo que le agrada y que disfrutará ya por poco tiempo, como para alimentar ese amor al modelaje, al que define más bien como un vicio del que tiene que despedirse.
Sobre ella
Nació en San Isidro, Buenos Aires, el 19 de febrero de 1983. Su signo es acuario.
Mide 1,80 m, sus medidas son 90, 61, 92. Tiene cabello castaño y ojos celestes.
Su libro favorito es La casa de los espíritus, de la chilena Isabel Allende.
Cuando no está en la pasarela o la TV, disfruta su tiempo libre con amigos.