JOSÉ OLMOS
ISLA PINZÓN, GALÁPAGOS.- La bahía Pingüino, en el sureste de la isla Pinzón, registra un movimiento inusitado y extraño. Aquel lugar, inhóspito y poco visitado, es el centro de operaciones de un plan de erradicación de ratas y ratones que se ejecuta desde hace un mes y medio. Entre el viernes y hoy se realiza la última fase de dispersión del veneno por vía aérea.

En las aguas turquesas de la bahía, cerca de la ribera rocosa, la lancha Guadalupe River, del Parque Nacional Galápagos (PNG), se balancea por instantes en que un helicóptero se le acerca y deja posar en ella una tolva (recipiente cilíndrico) que pende de unas cuerdas atadas a la aeronave.

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Una decena de hombres, protegidos cual astronautas, depositan el contenido de unas fundas en aquel recipiente y luego la aeronave se aleja hacia la isla, para dejarlo caer metro a metro hasta cubrir toda la superficie.

Otra embarcación, la Qüin Mabel, también del PNG, está cerca, así como dos botes utilizados para que los ocupantes de los barcos grandes lleguen a tierra. Allí, en las rocas, frente a la bahía de aguas azuladas, una decena de lobos marinos juguetea. Un gavilán solitario está posado en una filuda roca, observando, mientras decenas de lagartijas aparecen y desaparecen en las piedras volcánicas y bajo los arbustos semisecos.

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Es el mediodía del sábado 8 de diciembre y el plan de erradicación de roedores en las islas Pinzón y Plaza Sur marcha a todo ritmo, de acuerdo con lo programado, según afirma el director del PNG, Edwin Naula.

El objetivo es acabar con cerca de 18.000 ratas y ratones considerados especies invasoras, que poblarían las 1.812 hectáreas de Pinzón, así como las 18 de Plazar Sur. En estas dos islas, según estudios del PNG, hay un promedio de 8 a 12 roedores por hectárea.

Toda esta movilización tiene un costo de $ 1,8 millones, financiados por el PNG, la Estación Charles Darwin y la organización internacional Island Conservation. ¿Por qué eliminar las ratas y ratones? Estos se comen los huevos de lagartijas, iguanas y aves, así como las crías y polluelos. Es por eso por lo que en esta isla, por ejemplo, no se ha registrado reproducción de iguanas, según Naula.

La primera aplicación del veneno se hizo el 14 y 15 de noviembre pasado. Este fin de semana se hace la segunda aspersión. En total, son 22 toneladas de veneno que se echan en toda la superficie intervenida.

El químico utilizado es Brodifacorum, en porcentaje de 25 partes por millón. Se trata de un anticoagulante mezclado con cereal y que en la superficie tardar hasta unos cinco días en desvanecerse. Según Christian Sevilla, responsable de Conservación y Restauración de Ecosistemas Insulares, se analizaron los riesgos del uso de este veneno en el frágil ecosistema de esta parte del archipiélago, que desde 1978 es Patrimonio Natural de la Humanidad.

El potencial riesgo es que no solo mueran las ratas y ratones, sino otras especies como iguanas terrestres, lagartijas y aves, incluso aquellas que se alimentan de ratones, vivos o muertos. Hasta este sábado, el gavilán que observa aquel movimiento en bahía Pingüino sigue vivo, pero es el único que está libre en aquella isla. Sus parientes, en total 60, han sido capturados por el equipo encargado del plan de erradicación y colocados en jaulas, en una especie de campamento localizado a cien metros de bahía Pingüino.

De estos, según Sevilla, 35 son endémicos (exclusivos) de Pinzón y el resto proviene de islas vecinas que llega temporalmente en esta época. En cada jaula han sido colocados individuos capturados en determinada zona de la isla, para no alterar su convivencia, al menos de alguna forma. Los 60 gavilanes están cautivos desde la primera semana de noviembre y así deberán permanecer hasta un mes después de esta segunda aplicación. Se los alimenta con ratones de otras islas, con pollitos bebé y carne de cabra. Y cada uno ha sido marcado y tiene colocado un anillo con un chip, lo que permitirá hacer un seguimiento posterior.

En el cuidado de los gavilanes capturados están Julia Ponder junto con guardaparques del PNG. Ella es directora ejecutiva de The Raptor Center, organización internacional que apoya también este plan.

Hasta ahora no se han registrado inconvenientes con las aves, ni la muerte de algún ejemplar que esté libre en la isla. Pero este sábado, en la parte alta de bahía Pingüino, se localiza una lechuza muerta. Esta especie se alimenta de ratones y ratas. “Vamos a hacer los análisis respectivos, puede ser que se murió por intoxicación indirecta al alimentarse de algún roedor muerto”, dice Sevilla.

También se capturaron 40 lagartijas de Pinzón, que como característica son grises con dos franjas rojas a los costados. Estas están en unos recipientes plásticos, también desde la primera semana de noviembre hasta un mes después de esta aplicación.

Pero en la isla hay cientos de lagartijas que corretean. Los técnicos estiman que existen unos 4.000 individuos en Pinzón. En el caso de que murieran todas, al ingerir el veneno, las 40 servirían para repoblar la isla, dice Sevilla.

“Va a haber muertes, no se descarta, pero este plan es necesario para la conservación de la isla. Pero es una mortandad mínima, un efecto mínimo frente a un beneficio tan grande”, considera el técnico.

Al finalizar el plan, Pinzón sería la isla más grande de Sudamérica donde se ha hecho una erradicación, según Danny Rueda, director de Ecosistemas del PNG. Cerca de donde aparece muerta la lechuza hay dos esqueletos de ratones, la única huella del exterminio. La mayoría se alimenta y va a sus madrigueras, y como el veneno es anticoagulante, mueren en sus nidos por la coagulación de la sangre, dicen los técnicos.

¿Es necesaria la inversión de $ 1,8 millones, que bien podrían usarse en construcción de escuelas u obras sociales? Naula responde que sí, que Galápagos es un laboratorio natural, un Patrimonio de la Humanidad que, además, genera importantes rubros para el país a través del turismo. El veneno cae en forma de granitos azules. El gavilán libre revolotea, los otros siguen presos. Saldrán finalizada la fase y los resultados se verán en el futuro.

Islas

En la isla Rábida, de 499 ha, se hizo la primera erradicación de roedores, como un plan piloto, y según técnicos del PNG, allí ya se nota la recuperación de flora y fauna y hasta reproducción in situ de iguanas. Luego de Pinzón, la siguiente isla por intervenir será Floreana, de 18.000 ha y que incluso tiene población humana.