EFE
MADRID.- La aventura musical en Latinoamérica del compositor español Álex Ubago quedará aparcada en los próximos meses para promocionar en España su nuevo disco, Mentiras sinceras, de donde había permanecido ausente durante dos años, pero aclara: “He trabajado desde el principio allí y lo seguiré haciendo”.

El cantante ha estado los últimos dos años centrado en un proyecto musical que emprendió junto con el colombiano Jorge Villamizar y la cubana Lena Burke. Se unieron para formar un trío temporal y el resultado fue el álbum Álex, Jorge y Lena, con el que consiguieron un Grammy Latino al mejor álbum Vocal Pop Dúo o Grupo.

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“Es un mercado muy importante que me ha dado muchas satisfacciones. He trabajado allí desde que empecé hace once años y lo seguiré haciendo”, explicó. Regresa a su país con muchísima ilusión, a pesar de hacerlo en un momento crítico a nivel general y en particular para la música. “Entiendo que otros se vayan, aquí cuesta más que te contraten y hay menos trabajo que en Latinoamérica”, señaló.

Para su regreso ha elegido Mentiras sinceras, un nombre sugerente que es pura contradicción, y que hace alusión a las tan comunes para él falsas apariencias. “La gente tiene una imagen de mí que no se corresponde con lo que soy. Aunque no les culpo, mis canciones son melancólicas y sentimentales, y eso te hace parecer introvertido y algo oscuro”, añadió el intérprete de Aunque no te pueda ver.

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Lejos de invitar a la tristeza, el nuevo trabajo de Ubago irradia positivismo, es pura oda al amor correspondido, y reflejo del buen momento sentimental que vive, reforzado con su reciente paternidad. El single de lanzamiento, Ella vive en mí, lo compuso para su pareja, pero acabó convirtiéndose en un homenaje “a la mujer, esa madre, hermana o amiga insustituible para cualquier persona”, describió.

“Ellas son lo más importante, la mayoría de mis canciones se han inspirado en la mujer; se lo debía”, afirmó. Su producción musical, muy autobiográfica según él, está plagada de letras tristes, porque los momentos jodidos son los más inspiradores. Sin embargo, se empeña en diferenciar sensibilidad y ñoñería, términos que en su caso tienden a confundirse.

“Cuando te clasifican de esa manera es porque no se han preocupado mucho por saber cómo eres o cómo es tu música, y a veces resulta molesto”, apuntó. Otro factor indisoluble a él es el tema que lo lanzó a la fama, Sin miedo a nada, en el 2001.

Si comenzar una carrera musical como él lo hizo, de forma tan apoteósica, tiene algún inconveniente, es el riesgo que existe a que un único tema consuma el resto de tu carrera. “Es una suerte que eso ocurra con tu primer disco porque me puso el listón muy alto, pero es una suerte relativa”, añadió. De aquel disco, ¿Qué pides tú?, se editaron 8.000 copias que se convertirían en millón y medio de discos vendidos.