Los gatos son seres que encierran misterios y que también son un ejemplo de contradicción en el mundo humano: mantienen su instinto cazador, independiente pero, asimismo, son capaces de acomodarse a un hogar, en el que no necesitan ir tras una presa para sobrevivir –porque ya tienen alimento disponible– y en el que se dejan mimar por quienes satisfacen sus necesidades básicas.