La ONU advirtió del peligro del aumento de las temperaturas en los países menos desarrollados, donde las consecuencias del efecto invernadero son ya una realidad, durante la cumbre mundial sobre cambio climático que se celebra desde ayer en Doha.

En la conferencia se dieron a conocer los resultados de un estudio sobre las repercusiones del aumento de la temperatura global en los países más pobres, como Bangladés, Bután, Gambia, Kenia y Micronesia, llevado a cabo por la Universidad de las Naciones Unidas.

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La directora científica de esa institución, Koko Warner, alertó sobre el aspecto humanitario del cambio climático, que ya se ha hecho notar en los países objeto del estudio.

Warner enumeró las secuelas que la subida de las temperaturas ha ocasionado en Bangladés, que ha visto aumentar la salinidad de sus aguas, lo que ha provocado que las plantas de arroz tradicionales no crezcan a los ritmos habituales.

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En Bután han cambiado los patrones de los monzones, mientras Gambia sufre sequías; Kenia, inundaciones; y Micronesia, la erosión en sus costas.

Otros países estudiados, como Etiopía, Burkina Faso, Mozambique y Nepal, enfrentan inundaciones y sequías.

América Latina, otra de las zonas del mundo más afectadas por el cambio climático, lleva a la cumbre de Doha un mensaje unánime de apoyo a las iniciativas para reducir las emisiones de gases y para que los países industrializados asuman su responsabilidad de forma más ‘ambiciosa’.

La XVIII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático arrancó ayer en Catar para discutir la extensión del Protocolo de Kioto, que expira este año, y si es necesario otro pacto global de reducción de emisiones que lo sustituya.

Es una tarea urgente pero difícil, ya que países como Canadá, Japón y Rusia no están por la extensión de Kioto.

Brasil, el país con más territorio en la Amazonía, considerada el “pulmón del mundo”, ha trabajado de cara a esta cumbre con sus socios del foro BASIC (Sudáfrica, India y China), con quienes coincide en que las naciones más desarrolladas se deben comprometer con metas más ambiciosas y creíbles de reducción de emisiones.

Según BASIC, la renovación del Protocolo de Kioto debe ser “la principal responsabilidad de la cumbre de Doha”.

Brasil, México, Nicaragua, entre otros, abogan por esa renovación.

Ecuador, a su vez, propondrá un sistema de monitoreo, reporte y verificación de los recursos financieros que los países desarrollados asignen a las naciones en desarrollo para combatir el cambio climático, dijo Tarsicio Granizo, subsecretario de políticas y seguimiento del Ministerio Coordinador de Patrimonio.

El país sudamericano, que desarrolla la iniciativa Yasuní ITT con la que se busca dejar sin explotar el petróleo de una parte de la Amazonía de alta biodiversidad, también considera necesario que se active el llamado Fondo Verde, con recursos predecibles, fundamentalmente públicos.

No obstante, EE.UU. evitó ayer comprometerse a recortes más fuertes en sus emisiones de gases al 2020, pese a pedidos de naciones pobres.

La concentración sin precedentes de gases con efecto invernadero (GEI) en la atmósfera y el riesgo de un calentamiento de 4ºC hacia el 2060 han llevado a que se produjeran llamados de alerta en vísperas de la conferencia de la ONU organizada por Catar, campeón mundial de las emisiones de GEI por habitante.

Alertas

El cambio climático es considerado la causa principal de 14.000 condiciones climáticas extremas que dejaron más de 710.000 muertos entre 1991 y 2010.

Estudios

Si se sigue al ritmo actual el planeta se recalentará 4° a final del siglo (lo aconsejable es que no suba más de 2°), lo que provocará extremadas olas de calor y subidas del nivel del mar.