Rosa Wila llegó desde su Esmeraldas natal con su atuendo de colores, turbante incluido y joyas que complementan su vestuario. Vino con toda la sabiduría y el conocimiento que heredó de sus mayores. Con lo que aprendió de los ancestros, de los vecinos, en su infancia y juventud. Con ese bagaje cultural que ahora ella comparte en los escenarios del mundo, junto con Papá Roncón –otro emblema de la cultura afroecuatoriana–, aunque en el Ecuador, su país, pocos quizá la conozcan.