Park Jae-Sang es hoy un ícono global de la música. Hasta julio pasado su fama no traspasaba las fronteras de su natal Corea del Sur. Desde el inicio de su carrera artística dio de qué hablar, pues en su país lo multaron por los contenidos “inapropiados” de sus melodías. Ante su insistencia de entonar temas sobre sexo y placer, sus álbumes continuaron, pero restringidos para menores de edad.