De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud el ictus causa más
muertes al año que el VIH, la tuberculosis y la malaria juntas aunque si
se identifican sus síntomas a tiempo y los médicos actúan en las cuatro
horas siguientes al suceso, la mortalidad o las secuelas disminuyen
considerablemente.
Anualmente mueren en el mundo 5,8 millones de personas a causa del
ictus, una enfermedad del cerebro producida por un trastorno de la
circulación de la sangre.
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En el día mundial de esta enfermedad que se celebra hoy, los médicos y
distintas asociaciones profesionales insisten en la importancia de
conocer sus síntomas para acudir a un centro sanitario lo antes posible.
El doctor Jaime Masjuan, miembro del Grupo de estudio Cerebrovascular de
la Sociedad Española de Neurología, señala que sus síntomas más
frecuentes son dificultad para hablar y entender, torcedura de la boca,
pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo y pérdida súbita de la visión
de un ojo "muchas veces sin dolor de cabeza".
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La periodista deportiva de Televisión Española, María Escario,
experimentó algunos de estos síntomas en febrero de este año aunque
pensó que no era más que un dolor de cabeza "más fuerte".
"Cuando lo tuve nunca imaginé que lo que tenía era un derrame cerebral
porque tuve un dolor de cabeza extremo, repentino,súbito y yo suelo
tener dolores de cabeza, entonces pensé: uno mas pero mas fuerte",
afirma la comunicadora.
Escario regresó al trabajo a primeros de mayo, después de 83 días de
recuperación y la Sociedad Española de Neurología le concedió el Premio
Ictus Social 2012 por su fuerza y afán de superación ante la enfermedad.
En su caso, los síntomas fueron notorios y prolongados; sin embargo, en
el caso del ictus de tipo transitorio, los síntomas pueden durar 10
minutos y desaparecer.
"Quedarnos sin hablar y perder fuerza en una mano o un brazo durante 10
minutos y luego se resuelve. Eso quiere decir que algo raro ha pasado en
nuestro cerebro y si ponemos una serie de medidas a tiempo evitaremos
lo que viene después", indica el doctor Masjuan.
Según la OMS, la incidencia de esta enfermedad aumentará un 27% en los
próximos 13 años y sus factores de riesgo son similares a los del
infarto de corazón, aunque la enfermedad aparece cada vez más en la
gente más joven.
"Los casos por debajo de los 55 eran la excepción y sólo relacionados
con enfermedades congénitas, pero han aumentado los casos en la franja
de 35 a 55 años por la obesidad, el tabaco, el colesterol alto, el
sedentarismo, el estrés o la hipertensión", asegura Masjuan.