QUITO.- Cerca de 80 personas han sido llamadas para testificar en la audiencia de juzgamiento contra el teniente de policía Hernán Salazar, acusado de disparar una bomba lacrimógena que impactó el año pasado al estudiante del colegio Mejía de Quito, Édison Cosíos, quien permanece en coma.

Pese a que la diligencia fue convocada por el Tribunal Quinto de Garantías Penales de Pichincha, esta fue trasladada a la sala de audiencias de la Corte Nacional de Justicia por la cantidad de testigos y la expectativa existente por el caso.

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La audiencia empezó a las 09:00 con la intervención del fiscal que lleva la causa, Henry Estrada, quien rechazó la versión de la defensa de Salazar, en el sentido de que la herida que afectó al estudiante no fue hecha con bomba lacrimógena sino con otro objeto.

En la lista de testigos se incluyó al actual comandante de la Policía, general Rodrigo Suárez, y a su antecesor Patricio Franco. También al ministro del Interior, José Serrano, quien señaló que al día siguiente del incidente, el 15 de septiembre del 2011, pidió a la institución un informe del contingente policial y de las armas usadas en la protesta.

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Según Serrano, tras varias investigaciones de inteligencia policial se determinó que uno de los que participaron en el operativo fue Salazar.

Ante la cúpula y el ministro, el sospechoso habría reconocido que ingresó al colegio Mejía. “Pero por la adrenalina del momento no recuerdo si disparé o no”, habría manifestado.

También fueron llamados a dar su versión tres médicos del hospital Eugenio Espejo, adonde fue llevado el herido; y uno de los compañeros del joven que aseguró que se estaba retirando a su casa y que por eso no se dio cuenta de que habían disparado la bomba.

Hasta el mediodía de ayer dieron su testimonio ocho personas y estaba previsto que en la tarde lo hagan ocho más. Manuel Cosíos, padre del herido, hizo un relato conmovedor sobre la situación de su hijo. “No existen posibilidades de recuperación, no puede hablar ni moverse y su cerebro no envía órdenes a su cuerpo. A eso se suma que está a punto de perder un ojo por la serie de infecciones que han afectado su debilitado cuerpo”, expuso.