Por estos días, el caracol africano, una plaga que arrasa con vegetaciones y puede afectar la salud del ser humano, tiene mayor presencia en la isla Santa Cruz, en Galápagos, debido a la humedad, producto de las garúas que empiezan a caer en el archipiélago.
Solo en agosto fueron capturados 664 individuos, de la especie Achatina fulica, según contó ayer a este Diario Danny Rueda, responsable de Conservación y Restauración de Ecosistemas Insulares del Parque Nacional Galápagos (PNG).
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“Hacemos trabajos de recolección focalizado a zonas urbanas y rurales de Santa Cruz, porque solo aquí hay presencia (del molusco). También monitoreamos en las islas San Cristóbal e Isabela para ver si se ha distribuido, pero eso, al parecer, no ha pasado”, dijo.
Desde el 2010, cuando se halló el caracol africano en Santa Cruz, hasta agosto pasado se han atrapado 41.510 individuos, destacó Rueda.
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Contó que las capturas se las realiza con métodos manuales y luego se procede a incinerar la especie mediante el uso de mecheros, para deshacerse también de los huevos.
Este molusco genera afectación tanto en el área protegida como en las fincas de propiedad privada por el ataque a los sembríos, particularmente los de legumbres. “Si no se ejecutan los controles necesarios puede poner en riesgo la seguridad alimentaria de la isla Santa Cruz y afectar a los agricultores”, informó la dirección del PNG en un comunicado.
“Además, no tiene una vegetación específica, pues puede alimentarse de cualquier tipo de vegetación herbácea y hasta de especies endémicas, por eso es de gran riesgo”, dijo Rueda.
Otro problema es que el caracol africano es portador de virus de enfermedades como la meningitis. “El contacto con el molusco y su secreción de mucosidad también puede afectar la salud, tanto de niños como de adultos, por ser transmisor de zooparásitos”, señaló el PNG.
Para la localización y recolección de los caracoles, el PNG hace los trabajos en coordinación con Agrocalidad Galápagos, mediante cooperación interinstitucional.
El monitoreo se hace en una decena de barrios de Santa Cruz: siete en la zona urbana y tres en la parte alta de la isla.
Además ha sido positiva la reacción que ha tenido la comunidad al reportar la presencia del caracol en las propiedades. Hasta el momento no se han reportado afectaciones en los cultivos o a las personas.