El ataque del 11 de septiembre contra el consulado estadounidense en Bengasi, este de Libia, en el que murieron el embajador de Estados Unidos y tres de sus compatriotas al parecer fue planificado, señalaron este miércoles funcionarios estadounidenses.
El embajador Christopher Stevens, que apoyó la revuelta contra el régimen de Muamar Gadafi, y tres funcionarios estadounidenses del consulado murieron en el ataque. También resultaron heridos entre tres y seis civiles norteamericanos. En el mismo murieron varios agentes de seguridad libios, dijeron las fuentes.
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Inicialmente atribuido a hombres armados que estaban furiosos por una película anti-islámica, el ataque de Bengasi habría sido una operación coordinada y no el desborde de una multitud enfurecida, dijo a la AFP el miércoles, en Washington, un funcionario que pidió el anonimato.
El funcionario estadounidense dijo que el ataque contra el consulado fue el resultado de una operación coordinada y no los excesos de una multitud enfurecida. "Es la hipótesis de trabajo en este momento", agregó, precisando que los extremistas se valieron de manifestantes que protestaban por una película para atacar el consulado con armas pequeñas y lanzacohetes.
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Las autoridades libias acusaron del asalto a los partidarios del fallecido exlíder libio Muamar Gadafi y a la red islamista Al Qaida.
Por su lado, el presidente republicano del Comité de Inteligencia del Congreso estadounidense, Mike Rogers, acusó directamente a la red Al Qaeda.
Otros responsables estadounidenses que pidieron el anonimato hablaron de un "ataque complejo", aunque sin pronunciarse sobre la identidad de sus autores.
El Pentágono anunció el despliegue en Libia de una fuerza de marines especializados en la lucha antiterrorista, tras un ataque que fue condenado firmemente por la ONU y numerosos países.
Video de la agencia EFE
El ataque de Bengasi es el primero de esta envergadura contra una embajada occidental en Libia desde la caída del régimen de Gadafi en agosto de 2011.
Testigos indicaron a la AFP que los manifestantes arrancaron la bandera estadounidense y prendieron fuego al consulado y que se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y hombres armados.
Uno de los testigos dijo que había salafistas entre los asaltantes y habló de pillaje y vandalismo.
Sorprendidos por la violencia del ataque, los miembros de los servicios de seguridad libios, que vigilaban el consulado, abandonaron el lugar, afirmó otra fuente de seguridad en Bengasi.
El viceministro libio del Interior explicó que la situación degeneró cuando los guardias estadounidenses "dispararon contra los manifestantes que protestaban por la película", entre los cuales había "criminales y hombres que se infiltraron".
La muerte del embajador se habría debido a una asfixia por inhalación de monóxido de carbono, según una fuente de seguridad.
El último ataque que costó la vida a un embajador estadounidense se remonta al 14 de febrero de 1979, cuando Adolph Dubs murió en el asalto lanzado por las fuerzas gubernamentales para liberarlo, luego que fuera secuestrado por islamistas en Kabul.
Un avión norteamericano llegó a Trípoli para repatriar los cuatro cadáveres, en tanto que la Marina estadounidense ha enviado dos barcos a la costa de Libia "como una medida de precaución", según un alto funcionario.