Cuando la estudiante de Literatura Anastasia Steele conoce al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda totalmente impresionada. Ambos inician una apasionada relación que dejará entrever las insólitas prácticas eróticas de él y el límite de los deseos más oscuros de ella. Esta es parte de la sinopsis del que se ha convertido en el libro más vendido de la historia británica, Cincuenta sombras de Grey.
Con sexo explícito, lenguaje sensual y relaciones de deseo y poder, la obra, primera de una trilogía, es todo un fenómeno literario a nivel global y ha sido catalogada por los críticos como “porno para mamás”.
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La novela erótica, de la autora E. L. James, con 5,3 millones de copias comercializadas en el Reino Unido y casi 20 millones de ejemplares en todo el mundo desde su publicación en junio del 2011, ya se convirtió en un bestseller que también ha logrado su éxito en Ecuador. Entre las cadenas de las librerías LibriMundi y Mr. Books se han vendido casi 1.000 ejemplares en solo un mes, liderando la lista actual de los más vendidos.
Pero no todos han recibido el éxito de la obra de la misma manera, las opiniones son variadas. Para algunos críticos literarios, solo se trata de una novela comercial más y una que exalta el rol de desigualdad y sumisión de la mujer, mientras que para otros, el libro funciona como una suerte de ‘escapismo’ y dará qué hablar por años.
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April Alliston, académica de la Universidad de Princeton, y Susan Greenfield, de la de Fordham, en Estados Unidos, comentan en un artículo para la cadena de noticias CNN que “no hay nada de nuevo en esta novela” y que “sin ningún rastro de pieza maestra de la literatura, solo se trata de una fan-fiction parasitaria, basada en la saga de vampiros Crepúsculo”.
La protagonista de la novela de James es una joven de 22 años que, además de estudiar Literatura, trabaja en una ferretería, mientras que Grey, de 27, es multimillonario y apuesto. La ilusión, la seducción y el amor se vuelven recursos evidentes en esta obra, que para Greenfield y Alliston es “solo un reciclaje de la clásica trama sobre una mujer vulnerable y un hombre mayor meditabundo. El héroe tiene poder socioeconómico; la heroína, solo fuerza magnética e inteligencia”.
Otra de las críticas negativas que ha afrontado la trilogía de la autora británica es su apelación al dominio y la sumisión de la mujer respecto del hombre.
En la novela, Grey obliga a Ana a firmar un contrato que establece que su vínculo solo será sexual y no amoroso, y que ella no podrá revelar nada de lo que ocurra entre ambos.
Grey gusta del sexo poco convencional, que incluye el BDSM (bondage, dominio, sumisión y masoquismo), ataduras y azotes. No obstante, para Jenny Coglan, colaboradora del diario inglés The Guardian, “el erotismo de esta novela es tan sano y dulce que no llega a romper las leyes“.
Las novelas eróticas no son una novedad, sus comienzos se podrían atribuir a las obras del Marqués de Sade en el siglo XVIII. De este escritor francés, conocido por Los crímenes del amor, proviene el término ‘sadomasoquismo’.
Del género y de Cincuenta sombras de Grey, Adelaida Jaramillo, directora de Palabra.Lab, una institución guayaquileña que promueve la Literatura, opina que existen novelas mejores. “La historia de E. L. James es ingenua, pobre en su estilo literario y con personajes predecibles y estereotipados”, opina, y aconseja a autores como el argentino Federico Andahazi, con El anatomista, y para una novela corta de sumisión y dominio, Los esclavos, del mexicano Alberto Chimal.
Sin embargo, un aspecto indiscutible del trabajo de James son su triunfo comercial y su rédito económico. La autora, hasta ahora desconocida, retirada de su empleo de ejecutiva en la BBC, confesó en una ocasión: “Mi principal ambición era, simplemente, ver mis obras en las librerías, no tenía ni idea de que la novela se convertiría en un fenómeno de ventas”.
Ahora la industria se ha apropiado de ella. Las marcas de calzado Stuart Weitzman y Marc New York presentarán el próximo mes sus colecciones basadas en Cincuenta sombras...; EMI Music lanzará Fifty Shades of Grey: The Classical Album, con quince canciones que se mencionan en los libros y, por supuesto, no podía faltar su adaptación al cine. Universal Pictures y Focus Features compraron los derechos del libro en marzo por $ 5 millones.
Debates sobre este libro se darán en infinidad, pero dado sus números en ventas se trata de uno que ha logrado acercar a no-lectores a la lectura, a pesar de su sello comercial.