Escucha la palabra Ecuador y lo primero que a Susana Baca le viene a la memoria es la imagen de Papá Roncón. Su sonrisa y su sencillez. La cantante afroperuana, ganadora de un premio Grammy Latino en el 2002 por el álbum Lamento negro, y exministra de Cultura de Perú, grabó un disco a dúo con el decimero afroesmeraldeño, titulado De la misma sangre, y cataloga aquel encuentro como una experiencia maravillosa. Única.

Ambos tienen un origen común: son afrodescendientes. Y una cultura, una herencia negra que hacen visible con su trabajo musical. “Lo llamaré para saludarlo”, refiere con su voz pausada. Papá Roncón vive en Borbón, en la provincia de Esmeraldas.

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Susana, también investigadora del folclore negro, está de visita en Ecuador. Ella, que en el 2011 obtuvo un segundo Grammy Latino por colaborar con el grupo Calle 13 en el tema Latinoamérica, llegó el pasado martes y esta noche canta en el Teatro Sánchez Aguilar, en el ciclo ‘Grandes voces’. Esta jornada se inició, hace dos semanas, con la argentina Liliana Herrero; luego cantó la ecuatoriana Patricia González, y la próxima semana, la española Carmen Linares. “Ella es una monstruo, es una de las grandes voces del flamenco”, dice la peruana de la intérprete ibérica.

Ha cantado en Quito y en Esmeraldas, pero nunca en la provincia del Guayas. El de hoy, por tanto, es el estreno musical de Susana en estos lugares. Por esta razón, dice que escoger el repertorio para su debut ha sido difícil, porque ha querido que haya de todo un poco, aunque fundamentalmente, señala, presentará canciones de su disco Afrodiáspora. El álbum no es tan reciente, pero es su último trabajo musical publicado. El año pasado ejerció por cinco meses el Ministerio de Cultura de Perú, y esa labor ha retrasado sus producciones musicales. A ese periodo de gestión pública, ella lo llama ahora, con humor, el tiempo de la locura.

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El disco alberga una serie de canciones de América Latina, que tienen que ver con la raíz africana, y que muestran una diversidad de ritmos, a través de los cuales los negros contaron sus historias, sus dolores. Susana trae una propuesta musical de una hora de duración, como lo establece el teatro, pero anota que ella, en sus presentaciones, siempre canta hasta que el público le pida y disfrute, porque para esta artista cantar es un placer. En el escenario con sus músicos hay complicidad y entrega.

Nacida en Lima en 1944, Susana narra con la totalidad de sus canciones las vivencias de un pueblo sojuzgado, que halló en el arte musical una forma de manifestarse. “Es un pueblo sin rencor, que devuelve arte”, anota. Ella asumió tempranamente el compromiso personal de poner en valor la música afroperuana, pero el Grammy que ganó en el 2002 permitió que ese trabajo se hiciera visible en su propio país y en América Latina. A ella la conocían más en Europa, continente donde a menudo realiza presentaciones. Recientemente también efectuó una gira por los países árabes.

Cuenta que por ahora trabaja, junto con su esposo y productor musical, Ricardo Pereira, en tres discos y en tres libros, uno de ellos sus memorias. Quiere escribirlas antes de que llegue el olvido. Antes de que su memoria decida hacerle una mala jugada. Y a la par que alista esos trabajos, sigue en los escenarios, difundiendo esos sonidos que son su señal de identidad.

Canciones
El concierto de Susana Baca es hoy, a las 20:30, en la sala principal del Teatro Sánchez Aguilar (kilómetro 1,5 de la vía a Samborondón). Las entradas cuestan: platea A $ 60, platea B $ 50 y platea C $ 40.

De su niñez, en varias entrevistas la artista ha contado que vivió en el distrito limeño de Chorrillos, lugar de dónde guarda los mejores recuerdos. Desde muy niña estuvo rodeada de músicos; su padre era guitarrista, su madre bailarina, sus tías también cantaban y sus primos fueron los creadores del grupo Perú Negro. Ellos aportaron la fuerza necesaria que impulsó a Susana a dedicarse de lleno a la música.