En una publicación científica extranjera aparece un éxito de la Universidad de Yale (EE.UU.) y de investigadores peruanos. Se trata del hallazgo de un hongo (Pestalotiopsis microspora) de la Amazonía ecuatoriana, recogido en el Parque Nacional Yasuní, que es capaz de degradar el plástico (poliéster poliuretano). Pero este se cita solo como un descubrimiento de los investigadores extranjeros.
¿Cómo se sacaron las muestras? ¿Con qué permisos? Voceros del Museo de Ciencias Naturales, adscrito a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, advierten que este podría ser un caso de “estafa científica” o de bioprospección (uso ilegal de recursos biológicos o derivados).
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El tema volvió a debate una vez que la Defensoría del Pueblo del Ecuador denunciara hace dos semanas que un instituto de Estados Unidos había comercializado muestras de ADN de la etnia huaorani, extraída entre 1990 y 1994 de la sangre de algunos nativos. Y el caso evidencia la falta de controles efectivos, de recursos y hasta de interés científico local.
En el 2008 el Herbario Nacional otorgó el aval para que el profesor Scott A. Strobel, del Departament of Molecular Biophysics and Biochemistry de la Universidad de Yale (EE.UU.), realice una colecta de plantas. El proyecto fue autorizado por el Ministerio de Ambiente. Diana Fernández, curadora del Herbario, explica que estos hongos endófitos existen en cierto tipo de plantas, son microscópicos y están en la estructura interna de las hojas.
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“Esta información no se incluyó en ninguna parte del proyecto presentado al Ministerio de Ambiente y tampoco en el que presentó la Universidad al Museo, para recibir el aval. Desconocíamos que esto existía o que ellos iban a realizar una investigación sobre este tipo de hongos”, señala Fernández.
El director del Museo de Ciencias Naturales, Marco Altamirano, sostuvo que “en ninguna parte del proyecto mencionan que van a hacer bioprospección o una investigación adicional sobre principios farmacológicos, solo explicaron que vienen a un curso”.
Hasta el viernes pasado el Ministerio no contestó un cuestionario sobre el tema y las acciones que adoptarán.
Pero este no es el único caso. Desde hace décadas, del país se llevan plantas, animales, agua y hasta la sangre de los indígenas, para realizar investigaciones con fines comerciales, indican investigadores.
“A través de engaños, de sobornos o de convenios con centros de investigación han saqueado al país”, dice el investigador César Paz y Miño, director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de las Américas.
El denominado biopirateo es más sofisticado. Universidades e investigadores extranjeros realizan convenios con investigadores nacionales, chamanes, líderes comunitarios, hoteles ecológicos o reservas privadas para extraer o sustraer muestras biológicas de la Amazonía, agrega Paz y Miño.
El director ejecutivo del Museo de Ciencias Naturales señala que los proyectos de investigación se pueden “camuflar” hasta lograr el aval del Herbario y los permisos del Ministerio. Agregó que usualmente hay colecciones científicas que no pueden ser identificadas en el país y la institución ayuda a tramitar un permiso de exportación para que esas muestras, como material científico, sin valor comercial, puedan ser enviadas a los institutos extranjeros para que sean identificadas, pero estas deben ser devueltas.
El problema es que no se pueden monitorear cuando están fuera del país, dice. “Lo que se debería hacer es que las investigaciones se realicen aquí, si las empresas farmacéuticas quieren hacer bioprotección de algún principio activo de las plantas y animales, deben tener acuerdos con el Gobierno y financiar la participación científica del Herbario”, indica.
Ranas
En 1976, el científico John Daly recolectó más de 750 ranas venenosas de la especie Epipedobates tricolor. Las exportó ilegalmente. La rana fue triturada y desmenuzada para identificar una sustancia más poderosa que la morfina.
Patente
En 1996, el californiano Loren Miller patentó en la Oficina de Marcas y Patentes de EE.UU. las bondades de la ayahuasca, planta amazónica.
Otras plantas
Uña de gato, sangre de drago y quinua son algunas de las plantas de las que se han extraído fármacos.