James Fenimore Cooper (1789-1851) está considerado como uno de los padres de la novela norteamericana. Nacido en Burlington, Nueva Jersey, hijo de una pareja de colonos, parte de su infancia transcurrió a orillas del lago Otsego, donde convivió con tramperos, cazadores y pieles rojas. Basado en sus experiencias escribió varias obras sobre la vida de los pioneros de la frontera, una de sus novelas más importantes es El último mohicano.

Publicada en 1826, la novela se ambienta en las guerras coloniales entre Inglaterra y Francia por el territorio de Canadá en el siglo XVIII, y narra las aventuras del cazador Ojo de Halcón y sus compañeros indígenas de la tribu de los mohicanos Chingachgook y su hijo Uncas, que protegen a las hijas de un oficial inglés de las huestes de indios hurones dirigidos por el cruel guerrero Magua.

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La obra es una hermosa epopeya que exalta la relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza, de amores interraciales, pero es a la vez un relato crepuscular sobre el fin de los pueblos originarios, víctimas de la ambición del hombre blanco. En 1920, los directores Maurice Tourneur y Clarence Brown realizan su primera versión cinematográfica, con la actuación de Harry Lorraine en el papel de Ojo de Halcón y Wallace Beery como Magua.

Encasillada como una historia de frontera o western, George Seitz realiza un filme en 1936 con el actor que se convertirá en ícono de este género, Randolph Scott, en el papel principal; Bruce Cabot como Magua y Henry Wilcoxon. En 1977 se realiza una versión para televisión con Steve Forrest.

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Michael Mann realiza con gran presupuesto una de las mejores versiones cinematográficas de esta novela, The Last of The Mohicans (1992). En su plantel de actores destacan Daniel Day Lewis, Wes Studi, Madeleine Stowe, Russell Means y Eric Schweig en los roles principales. Mann convierte su cinta en una obra de denuncia demoledora sobre un cruel genocidio que no ha sido documentado suficientemente.