De lunes a viernes, desde las 20:00 hasta las 20:45, presenta las noticias nacionales e internacionales en la edición estelar de ‘Televistazo’, de Ecuavisa, junto a su compañero Alfonso Espinosa de los Monteros.
Con más de tres décadas en el Canal del Cerro, Teresa Arboleda es considerada una de las presentadoras más destacadas dentro de la estación televisiva. A este, su segundo hogar, como lo denomina, llegó dos meses después de graduarse del colegio. “Mi hermana era amiga de Geoconda de Varas, jefa de personal durante muchos años en Ecuavisa, y una persona muy querida y respetada en esta empresa”, cuenta y resume que fue gracias a ella que consiguió su primer trabajo.
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“Era editora, chequeadora de programas (confirmaba los tiempos de los cortes comerciales en los espacios importados) y escogía los videos musicales para el ‘Show de Bernard’”, relata Arboleda sobre sus primeras ocupaciones.
A esa, su primera oportunidad laboral, la determina como una etapa maravillosa de descubrimiento personal, al comenzar a formar parte del mundo comunicacional.
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“Todo era nuevo e interesante: editar las noticias y descubrir el mundo del periodismo; tenía la oportunidad de ver algunos programas y series antes que todos y conocer entretelones de la operación comercial”, comenta.
Aunque su carrera universitaria no estaba vinculada con su trabajo, afirma que siempre cumplía con todos sus horarios, tanto en la universidad como en la empresa. “Estudiaba Arquitectura y esa carrera demanda mucho tiempo; algunas veces no dormía ni un ratito y me iba a trabajar”, expresa.
Su formación profesional, recalca, la debe a los conocimientos que adquirió en este tiempo. “Creo que el haberme formado en una época en que la televisión era más artesanal y menos tecnológica, en que todo se tomaba su tiempo, me permitió desarrollar hábitos de disciplina aplicables en cualquier trabajo”, sostiene.
Recorrer las diferentes regiones del país y conocer sus realidades son situaciones que la han marcado como persona. “Eso te permite palpar cuán grande es Ecuador, cuán diversa es la gente, cuántas necesidades existen y a la vez comprobar que al final todos somos iguales”, afirma.
Arboleda, quien es madre de tres hijos, confiesa que de no haberse dedicado a la comunicación, hubiera elegido varias profesiones que siempre llamaron su atención. “Me gustan muchos oficios: artista, cantante, bailarina, chef, arquitecta y muchas otras cosas, pero no tengo talento para ninguna de esas profesiones y me contento con lo que he podido ser”, manifiesta.