Daniella Ginatta
dginatta@gmail.com.- Aunque se popularizó en Estados Unidos y, antes de eso, en África, el maní es un fruto seco originario de América del Sur, específicamente de la zona que ahora es Bolivia.

Pienso en su consumo tiempo atrás y tiendo a creer que era discreto, sobre todo, si lo comparamos con las actuales facilidades que brinda la industrialización.

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El tostado del maní se remonta a la época precolombina, donde también se lo molía y se lo utilizaba como pasta, pero mezclado con agua para bebida.

Nutricionalmente, un puñado de maní aporta 168 calorías. Una leche chocolatada infantil tiene la misma cantidad de calorías pero la mitad proviene del azúcar. En proteínas, es superior a todos los frutos secos, siendo seguido relativamente de cerca por el pistacho y la almendra.

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Su cantidad de grasa, aunque abundante, es monoinsaturada y poliinsaturada en su mayoría, siendo positiva si se elimina la corteza frita de los comerciantes, para la salud cardiovascular.