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LONDRES.- Paul McCartney todavía puede rockear a los 70 años. ¿Qué más podría un ex-Beatle pedir?

McCartney celebró su cumpleaños en privado ayer, quizá para descansar de enormes conciertos como el que ofreció recientemente ante 230.000 personas en la Ciudad de México, pero no parece que vaya a reducir el ritmo; su música sigue llegando a nuevas generaciones, demasiado jóvenes como para haberlo visto con los Wings o con los Beatles.

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"Sir Paul", que alguna vez fuera un rebelde de contracorriente y fumador de marihuana, ahora es parte del establishment británico. Cerró este mes el concierto por el jubileo de diamante de la reina Isabel II con una mezcla de sus canciones favoritas, incluyendo una versión estridente de All My Loving, de los primeros éxitos de los Beatles.

También se prepara para participar en la clausura de los Juegos Olímpicos de Londres el 27 de julio próximo, ante un público mundial que podría alcanzar los 1.000 millones o más para uno de los músicos más famosos en la historia pop.

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Hasta McCartney podría estar algo nervioso por esa presentación, pero no por faltar repertorio. Su catálogo incluye Yesterday, Eleanor Rigby, Penny Lane y otras decenas más de clásicos que nunca fallan, como Let It Be y Hey Jude.

Este ha sido un año importante para McCartney, que se casó por tercera vez en octubre pasado con la heredera estadounidense Nancy Shevell, dejando atrás el episodio de su unión y divorcio de su segunda esposa Heather Mills. Su primera esposa, Linda, murió de cáncer de mama en 1998. La viuda de John Lennon, Yoko Ono, felicitó a McCartney ayer, y su amigo Paul Weller publicó en forma digital una versión de Birthday de los Beatles, cuyas ganancias irán a caridad.