Daniela Creamer
CANNES, Francia.- Con su larga melena dorada, perilla, bronceado y sonrisas, Brad Pitt reinó el pasado martes en la Croisette, al defender su reciente interpretación en el filme Killing Them Softly, del australiano Andrew Dominik, con quien ya trabajara en el 2007, en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford.

El actor norteamericano, la primera estrella de Hollywood que desembarca en esta edición de Cannes, habló de política y de sus creencias, de la violencia en el cine y su paralelismo con el mundo actual. Pero, sobre todo, dejó muy en claro que aún no hay fecha para su matrimonio con Angelina Jolie. "No la hay. Son solo rumores", dijo tajante.

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Ray Liotta, Scout McNairy y Ben Mendelson acompañan a Pitt en este filme con toques de comedia negra, rodado con pretensión en sus planos y su forma artística. Killing Them Softly -basada en la novela de George V. Higgin, Cogan's trade- narra los problemas de Jackie Cogan (Brad Pitt), un cabecilla encargado por la cúpula mafiosa de aniquilar a los dos autores del robo a una partida de póker. Cogan sabe muy bien cómo hacerlo y, entre tanta sangre, disparos y violencia, está claro en que es el único que mantiene impecable su engomado look y sus enormes gafas, precisamente porque prefiere matar a sus víctimas "dulcemente, a la distancia, sin implicación de emociones ni sentimientos. Así no hay violencia ni dolor", explicó Pitt.

"Se trata de un filme que habla de nuestro tiempo y de nuestra sociedad, y de un Estados Unidos que se mueve por el dinero y que teme más que nada ser víctima de la crisis financiera. En Hollywood existe una relación simbiótica entre arte y dinero, porque se necesitan el uno al otro para avanzar", aseguró. Según Pitt, los actores encarnan a personajes que tienen opiniones diferentes en un país dividido. "Los puntos de vista que se expresan en la película no tienen por qué ser necesariamente los míos", aclaró.

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"Interpretar a un gánster asesino como el de este filme me incomoda menos que interpretar a un personaje racista. Jackie Cogan intenta matar con precisión, para que no sea demasiado doloroso para su víctima, que debe morir pase lo que pase. Este último punto tiene que ver con el business, que no tiene por qué tener piedad. Norteamérica es un país muy complejo, donde innovación, solidaridad, integridad y justicia son ideales que debemos defender a toda costa", manifestó

Creo que la violencia es parte integrante de nuestra civilización. Por eso es fundamental filmarla. El cine es un mundo paralelo al actual, agregó. Con sarcasmo le interrumpe el director Andrew Dominik: "Creo que el tema central de esta película es que todos debemos tener la salud mental que muestra Cogan, el personaje de Pitt, el único lúcido que tiene una misión que cumplir y se enfoca en ella hasta llevarla a cabo del mejor modo posible, sin derramamientos de sangre y sufrimientos inútiles. La violencia, sobre todo en esta película, es un elemento casi abstracto, como lo es en las fábulas de los hermanos Grimm, que dramatizan los problemas pero difunden un mensaje a los niños", dijo.