Que una sobria perrita Cocker Spaniel y un perro callejero mestizo se encuentren y se enamoren es poco probable, pero el filme La dama y el vagabundo (1955) logró hacer realidad ese romance. Ella, con el refinado comportamiento de una reina (no en vano se llama así) y el mestizo Golfo, con su galantería perruna tendrán que recorrer juntos las peligrosas calles hasta encontrar el hogar de Reina, quien huyó de casa luego de que la tía Sara quisiera ponerle un bozal. En la trama aparecen también los malévolos gatos siameses, Castor, o Jock y Triste, los amigos fieles de la protagonista, entre otros.