Hay una creencia en el pueblo ruso, que es la de pensar que es una nación predestinada a salvar a Europa de las peores amenazas, y que está protegida por Dios. Mesianismo y predestinación sagrada son partes inseparables de la mentalidad del ruso medio. Con esos aspectos, León Tolstói construye su monumental obra Guerra y paz (Voyna y mir, 1865-1869).