Evadiendo los tres cercos policiales y militares que se ubicaron a lo largo de la carretera Panamericana Sur y la vía Cumbe-Oña-Loja, la marcha por el Agua, la Vida y la Dignidad llegó a esta ciudad ayer a las 11:00.
Los vehículos particulares en los que se movilizan los 300 manifestantes que partieron el pasado 8 de marzo desde Zamora Chinchipe, salieron individualmente a las 06:00 desde la comunidad Ayaloma, cantón Nabón, hacia Cuenca.
Publicidad
Cuatro horas después, todos se reunieron en el kilómetro 12 de la Panamericana Sur, a 50 metros de la Y de Cumbe, en donde otras 300 personas de diversas organizaciones los esperaban con música de acordeón, quenas, flautas, socarrinas y otros instrumentos de viento.
“No queremos inversión si es para la destrucción”, “el agua no se vende, el agua se defiende”, “Correa minero, el agua está primero”, fueron algunas de las consignas que se plasmaron en los carteles de bienvenida.
Publicidad
Carlos Pérez, dirigente de las comunidades de Tarqui y Victoria del Portete, que protestan en contra de la explotación minera en Quimsacocha roció de agua a los caminantes.
En una vasija de barro, Salvador Quishpe, prefecto de Zamora Chinchipe que encabeza la marcha, levantó el fuego y dijo “que esta sea la fuerza para caminar hasta el 22 de marzo y allí repetirle al Gobierno central que el agua y la dignidad de este pueblo no está en venta”.
También anunció juicio político contra ministros que suscribieron el contrato de concesión a Ecuacorriente en la Cordillera del Cóndor.
Luego se realizó un almuerzo comunitario. La dirigente Natividad Guñanzhapa donó una vaca con la que prepararon un caldo y un seco de carne para más de 600 personas; y la comunidad de Santa Teresita preparó guatita para 500 personas y colada para más de mil.
La caminata desde la parroquia de Tarqui hacia el Centro Histórico de Cuenca se retomó a las 14:00.
Algunos caminantes llegaron descalzos, pues sus zapatos se mojaron con las lluvias.
Mientras que varios cuencanos se sumaban a la marcha. Un grupo de estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cuenca lo hizo en el parque de San Roque.
Al llegar a su destino, el prefecto azuayo Paúl Carrasco recibió a los visitantes con una olla de mote y una pequeña botella de aguardiente que entregó a Salvador Quishpe.
En la agenda está previsto que la marcha descanse en Cuenca para que hoy continúe a la ciudad de Azogues en la provincia de Cañar.