Alimentos, dinero, limonada reciben los caminantes de la 'Marcha por el agua, la dignidad y la vida' en su trayecto hacia Quito, y que desde hace cinco días iniciaron en la provincia de Zamora Chinchipe.

Más de 2.000 indígenas y campesinos de Azuay ingresaron a las 17:00 de hoy al parque de San Blas, en el Centro Histórico de la ciudad, en su quinto día de caminata por el Agua, la Vida y la Dignidad.

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La lluvia acompañó a los marchantes en varios tramos, de los 12 kilómetros entre la parroquia Tarqui y Cuenca. "El apoyo que la gente nos da en el camino, alimentando la vaquita, es parte de la fuerza que tenemos", dijo Polibio Morocho, dirigente Saraguro, quien encabeza la marcha sobre una plataforma que lleva una vaca y un toro de cartón y carrizo como alcancías.

En la plataforma también colocan alimentos. Carlos Ulloa donó dos quintales de limones, las familias Orellana Abad, López, Barrera ingresaron en la ranura de la alcancía un sobre con dinero; y la familia Vera de la Picantería Fátima, en la avenida Don Bosco  refrescaron con limonada a los caminantes.

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Desde la avenida Don Bosco, a lo largo de 25 cuadras hasta el puente de El Vado, y luego desde allí hasta el parque San Blas a lo largo de otras 30 cuadras hubo control policial, dos uniformados en cada esquina.

La intención del resguardo, según el gobernador del Azuay, Humberto Cordero fue evitar que los caminantes ingresen al parque central Abdón Calderón, en donde un grupo de funcionarios municipales y aproximadamente un centenar de simpatizantes del oficialismo realizaban un plantón "en defensa de la Democracia".

Algunos caminantes llegaron descalzos, luego que sus zapatos se mojaron durante las lluvias. Mientras varios cuencanos se sumaban a la marcha, un grupo de estudiantes universitarios, de la facultad de medicina de la Universidad de Cuenca, lo hicieron en el parque de San Roque.

Como es característica de esta marcha, al llegar a su destino se produjo un nuevo mitin político en el que Paúl Carrasco, prefecto azuayo, recibió con una olla de mote y una pequeña botella de aguardiente a su homólogo de Zamora Chinchipe, Salvador Quishpe.

"Para que lleves esta fuercita a Quito, donde todos nos encontraremos el  22 y seguiremos hasta ganarle en las elecciones a este Gobierno traidor", reiteró Carrasco, quien también resaltó que este movimiento es pacífico.

En la agenda está previsto que la marcha descanse en Cuenca para continuar mañana hacia la ciudad de Azogues, en la provincia de Cañar.

Ingreso a la parroquia Tarqui

En medio de la llovizna y como estaba previsto, la marcha llegó a Cuenca a las 11:00 de este lunes, evadiendo los tres cercos policiales y militares que se ubicaron a lo largo de la Panamericana Sur y la vía Cumbe-Oña-Loja.

Los vehículos particulares en los que aproximadamente 300 manifestantes se movilizan desde la provincia de Zamora Chinchipe, desde el pasado 8 de marzo, con la intención de llegar a Quito el próximo 22, salieron individualmente desde las 06:00 de la comunidad Ayaloma, del cantón  Nabón con dirección a Cuenca.

A las 10:30  todos se reunieron en el kilómetro 12 de la Panamericana sur, a 50 metros de la Y de Cumbe, donde otras 300 personas de diversas organizaciones esperaban con música de acordeón, quenas, flautas, ocarinas y otros instrumentos de viento.

El sonido de varios petardos lanzados al aire, anunciaron el ingreso de los caminantes al Azuay y pese a que la Policía permitió el tráfico vehicular por uno de los carriles de la vía, los caminantes recibieron abrazos de quienes se quedaron a los costados.

"No queremos inversión si es para la destrucción", "El agua no se vende, el agua se defiende", "Correa Minero, el agua está primero", fueron entre otros los temas que se plasmaron en los carteles de quienes dieron la bienvenida.

El médico comunitario Manuel Montero realizó la ceremonia de los cuatro elementos vitales: agua, el aire, tierra y fuego. Carlos Pérez Guartambel, dirigente de las comunidades de Tarqui y Victoria del Portete, que protestan desde hace 10 años en contra de la explotación minera en Quimsacocha, roció de agua a los caminantes.

"Que esta agüita sagrada, que proviene del Quimsacocha, lave todas las ofensas que esta revolución ciudadana causa y, cuando este limpio de espíritu, este Gobierno desista de extraer minerales en donde están nuestras fuentes de vida", expresó.

En una vasija de barro, Salvador Quishpe, prefecto de Zamora Chinchipe quien encabeza la marcha, levantó el fuego y dijo "que esta sea la fuerza para caminar hasta el 22 de marzo y allí repetirle al Gobierno Central que el agua y la dignidad de este pueblo no está en venta".

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Mientras que Miriam Chuchuca, dirigente de Victoria del Portete con un puñado de tierra en sus manos resaltó que esta les permite sembrar sus alimentos con el agua que baja del Quimsacocha. Una vez que terminó el ritual hubo un acto de bienvenida con banda de pueblo

Todo esto en medio del control policial y militar que se incrementaba con el paso de las horas.