Con las banderas de Ecuador y México entrelazadas y luego de más de dos horas de concierto, la agrupación mexicana Maná demostró el pasado lunes –sobre su magnífico escenario– por qué sigue vigente en la escena musical.

Fher, Álex, Sergio y Juan hicieron un recorrido por sus canciones más emblemáticas como Rayando el sol, Mariposa traicionera, Clavado en un bar, Oye mi amor, Me vale, hasta llegar a recientes éxitos como El verdadero amor perdona y Lluvia al corazón, tema con el que abrieron el concierto.

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A las 21:46, aproximadamente, las luces del estadio Alberto Spencer se apagaron y los gritos de los fanáticos dieron la bienvenida a Maná. Un inmenso telón traslúcido, a manera de pantalla reflectora, en el que aparecían imágenes diferentes. Al subirlo, los cuatro artistas, continuaron su repertorio con los sencillos Oye mi amor, De los pies a la cabeza, Bendita tu luz, Vivir sin aire, Corazón espinado, Latinoamérica, entre otros.

Durante la presentación de la canción El espejo, Maná estuvo acompañado de un trío de violines y violonchelo en vivo. Con cada minuto que pasaba del show los espectadores confirmaban que la espera –desde las 17:00 hubo fans ingresando– valió la pena.

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Un espectáculo lleno de emociones en el que los cuatro artistas compartieron toda su energía y lo dejaron todo encima del escenario.

El verdadero amor perdona, tema que se incluye en su reciente álbum, Drama y Luz, y que da el nombre a su gira de conciertos, elevó aún más la adrenalina y gritos de los miles de asistentes. Fher, el vocalista de la banda, interactuó durante todo el espectáculo con los fanáticos, que sin importar edad, dolencia física (había gente con yeso en la pierna) o estatus social decidió rendirse ante la música de los mexicanos.

Vuela libre paloma fue la dedicatoria de Fher a su madre, quien falleció recientemente, a quien llamó guerrera. “A mi madre que anda volando por aquí en los aires de Ecuador”, dijo con mucho sentimiento mientras en el telón central se reflejan plumas que caían desde lo alto del montaje.

Una de las sorpresas del concierto, que tuvo una excelente puesta en escena con dos inmensas pantallas leds y un despliegue de luces fenomenal, fue la actuación del guitarrista ecuatoriano Javier Garza. Él fue elegido a través de un concurso para que acompañe al grupo en uno de los temas del concierto del lunes.

“Así reciben a sus músicos”, con esta frase Álex hizo un llamado de atención a los espectadores para que los aplausos fueran tan fuertes como los que ellos recibían.

Garza estuvo en la tarima y mostró a los guayaquileños que se congregaron el pasado lunes porque ganó ese espacio. Me vale fue la canción en la que el ecuatoriano hizo un duelo de guitarras con el mexicano Sergio Vallín.

Maná no dejó un solo momento de descanso a sus fans. Luego de este ‘himno’ vino el esperado solo de batería de Álex. Con toda la fuerza, como solo ‘el Animal’ puede demostrar, tocó a todo máquina su batería encima de su pedestal movible y giratorio que lo llevó hasta lo más alto de la escenografía. Durante casi 10 minutos hipnotizó a la audiencia, quien no se percató que el resto de la banda se trasladó hasta la mitad de la cancha para continuar con el show. Una de las asistentes, Estefanía, subió al escenario invitada por ellos.

El público gritó, cantó y disfrutó Drama y Luz. Un concierto con el que Maná se volvió a robar el corazón de sus fans.