El régimen aspira patentar la tesis a nivel internacional de que el fallo judicial contra este Diario es un precedente histórico y revolucionario que permitirá, entre otras cosas, la consolidación definitiva del proceso democrático en el país. Muy posiblemente, los gobiernos y la prensa oficial de la ALBA y algunos que otros ligados a la visión retrechera contra los medios de comunicación compartirán dicha tesis, sin embargo, es evidente que tal estrategia carece de elementos para ser eficaz o categórica.

¿Le importa al presidente lo que se piensa en el exterior respecto de la condena contra EL UNIVERSO? Es difícil tal respuesta y con toda seguridad la posición oficial sería que los reproches a nivel mundial no son sino embates de la misma dictadura mediática que se extiende por el mundo entero; de lo que no cabe duda es de que lo que sí le preocupa al Gobierno es la opinión ciudadana al respecto de este tema. Curiosamente hay una opinión mayoritaria en contra de la sentencia contra el Diario, circunstancia que, sin embargo, no merma el nivel de popularidad del presidente, cuestión contradictoria que bien merece otras reflexiones.

Lo que también conoce el régimen es que en medio de tanto cuestionamiento judicial, la posibilidad de la remisión (revisión de la pena de cárcel y monetaria) sugerida por el propio Rafael Correa es una alternativa que sería favorablemente recogida por la opinión ciudadana del país, toda vez que se interpretaría como un gesto de generosidad y apertura por parte del mandatario, circunstancia a ser tomada en cuenta por razones estratégicas en un año electoral. Es decir que si Rafael Correa llega a decidirse por la remisión, quizás lo haga por otros factores mas no por un convencimiento real de la oportunidad que se le brinda en este caso.

Me refiero de forma concreta a la posibilidad de dar un giro radical a la actual situación, permitiendo que de forma seria y científica se retome la permanente confrontación legal entre la defensa a la libertad de expresión así como del honor, para lo cual sin perjuicio de la remisión, Rafael Correa debería dejar a un lado el sabor pequeño de su victoria judicial, reconociendo de forma paralela que a pesar de su criterio, el rol de la prensa independiente con sus excesos y omisiones ha sido, es y seguirá siendo crucial e imprescindible en todo proceso democrático, por más que esbirros y fundamentalistas le sigan diciendo al presidente exactamente lo contrario.