Música más cine, más imaginación, más sueños... El resultado: VideoSaxMachine, la propuesta del músico argentino Sergio Dawi, quien la semana pasada visitó el país para efectuar presentaciones en Cuenca, Quito y Guayaquil.

“Hace cinco años que lo vengo haciendo y es como una escultura que la voy tallando”, afirma Dawi. Actualmente, su presentación dura cerca de una hora. A su espectáculo audiovisual acuden muchos curiosos, afirma el argentino, pues gran parte de los asistentes no conocen de antemano lo que verán. El espectador forma parte del público después, cuando ya ha visto, cuando ya se ha sentido parte de ese mundo onírico que muestra el saxofonista.

Su obra es un conglomerado de varias partituras artísticas. “Son cortometrajes que yo sonorizo a la vieja usanza de los músicos de cine mudo, pero con la diferencia de que soy un músico que está siendo pantalla. Estoy vestido de blanco (siempre, en sus actuaciones), intervengo”. Estas representaciones visuales tienen como fondo ritmos que bailan al compás del blues, de lo étnico, lo electrónico o del funk.

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Su ‘escultura cosmopolita está conformada por quince cortometrajes en los que se pueden ver pinceladas de África, de Buenos Aires, de Ecuador, del mundo, pues Dawi intenta poner un poco del paisaje de cada país que visita en su obra final. “Creo que están hablando de rasgos de la condición humana, de la naturaleza, de cómo el hombre se liga con esto que tenemos en nuestras manos. Por eso también hay un espacio dedicado a los cuatro elementos: al fuego, al aire, al agua, a la tierra”, manifiesta el hombre que aún a pesar de su experiencia musical sigue sintiendo esos cosquilleos causados por los nervios antes de salir al escenario; ese que no se conforma con cumplir una agenda nada más, sino que busca, asegura, aquella “chispa necesaria”, sorprenderse en cada actuación.

Para escenificar su propuesta necesita, básicamente, una pantalla para emitir el video, proyector, un equipo de sonido acorde a la sala o auditorio, un micrófono dinámico con su pie y dos monitores.

Todos estos elementos le brindan la oportunidad a cada espectador de tener una aventura, un romance con cada historia proyectada, así como Dawi también lo percibe, en gran parte, porque conoce el lenguaje del jazz, de la improvisación. “Tal vez ahí uno va sintiendo las pulsiones, se va dejando llevar por lo que siente en ese momento, no solo por las imágenes, sino por lo que pasa con el público o mi estado de ánimo esa noche”.

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Al argentino no le gusta ser turista, le gusta ser viajero, pues así logra un intecambio cultural. “Creo que el oficio del músico también es tener la sensibilidad despierta y tener las antenas paradas”. Así, Sergio Dawi sigue en sus travesías, con pocas maletas, pero con un gran bagaje. Volverá pronto.

Trayectoria
Sergio Dawi fue parte de la banda de rock Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Actualmente distribuye su tiempo entre su show y su banda Dawi y los Estrellados.

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En el 2002 presentó su primer CD como solista, Estrellados.

Aunque estudió en el Colegio Musicum de Buenos Aires y tuvo maestros particulares, se considera más autodidacta.