“Hállese París, edificado sobre un terreno que resiste a la azada, al hacha, a todo trabajo humano. Nada es más difícil que perforar esa formación geológica a la que se superpone la maravillosa formación histórica llamada París”.

Con estas palabras, el escritor francés Víctor Hugo (Besancon 1802-1866) describe a la capital francesa, pues es París con sus monumentales edificios y catedrales, sus barrios obreros y sus pestilentes alcantarillas, la protagonista principal que desfila por las más de 1.000 páginas de su obra Los Miserables, en la que un prometeico Jan Valjean navegará entre las aguas de la ira, el odio y la redención, enfrentado a un implacable y símbolo de la intolerancia, inspector Javert, un microcosmo donde se refleja la ruindad y la grandiosa bondad de la naturaleza humana. Llevada al cine con regularidad, destacan por su calidad versiones como la filmada en 1934 por Raymond Bernard, en la que Harry Baur interpreta y Charles Vanel. Al año siguiente, Richard Boleslawski dirige una nueva adaptación, en la que sobresale la interpretación del británico Charles Laughton como el siniestro inspector Javert. En 1958, Jean Gabin, símbolo del cine francés, interpreta al sufrido Valjean en la versión del Jean Paul Le Chanois.

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En 1982 Robert Hossein presenta Los Miserables, protagonizada por Lino Ventura. En 1995, Claude Lelouch realiza una adaptación de la novela, trasladándola a la época moderna, con la Segunda Guerra Mundial como fondo. El actor Jean Paul Belmondo encarna a Valjean.

Una de las últimas adaptaciones es la realizada por Billie August, en 1998, con un reparto de lujo, en el que se cuenta a Liam Neeson, Uma Thurman, Claire Dannes y Geoffrey Rush.

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La novela también ha sido llevada a la pantalla de televisión en dos producciones, la de Glenn Jordan en 1978 con la actuación de Richard Jordan y Anthony Perkins en los papeles principales, y la del 2000 de Josée Dayan, con interpretaciones de Gerard Depardieu y John Malkovich.