El más pequeño mide tres centímetros y el más grande cuenta con figuras de 1,10 cm de altura. Son dos de los 107 nacimientos que los esposos Jorge Villacreses y Mayka Ávila tienen en su hogar.
Estos son el resultado de una afición, reconocen, que nació hace unos diez años durante un viaje. El primero que compraron ¬y que aún conservan¬ es de cristal, comenta él, mientras ella asegura que con el tiempo ambos fomentaron la idea de comprar no solo uno sino dos y hasta cuatro pesebres en los países a los que se desplazaban ya sea por trabajo o placer. Se volvió una costumbre ir a los sitios de venta de artesanías para adquirir un pesebre. “Ahora son mis hijas, Doménica (de 12 años) y Valentina (de 7), quienes nos recuerdan ir en busca de los nacimientos”, acota Jorge.
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Él, su esposa e hijas no ocultan su emoción al mostrar las figuras de los pesebres que cuidadosamente acomodaron en una mesa de unos 3,5 m en la sala de su casa. “Este diminuto lo adquirimos en Colombia”, dice Jorge mientras señala la representación de José, María y el niño Jesús que se encuentra en una diminuta botella.
“Tenemos nacimientos de Italia, España, Alemania, Suiza, Estados Unidos, Colombia, Perú, Bolivia, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y por supuesto de Ecuador. De todas partes”, asegura él.
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Mayka revela que muchos los compraron durante sus periplos, “pero otros nos los trajeron amigos que, asimismo, han viajado al exterior”. “Ya es una costumbre. Al irse saben que deben volver con un pesebre”, anota Jorge.
Armar la mesa de los nacimientos les toma dos días a la familia. Lo hacen en noviembre, pues Doménica y Valentina no pueden esperar a que diciembre llegue para ver sus nacimientos. “Lo disfrutan tanto como nosotros. Esos momentos nos ayudan a recuperar aquellos que no compartimos en familia por nuestras varias actividades”, indica Jorge.
Añade que justamente de eso se trata la Navidad, de fomentar el amor y la unión familiar, Todos aportan con algo al armar los pesebres. Si bien ellas son las más dedicadas, la ubicación de las figuras (unas con solo Jesús, José y María y otras, con la burra, el buey, los pastores y los tres reyes magos) requiere de organización. “Van según el material del que están elaborados”, dice Jorge.
Y es que sus 107 pesebres están elaborados en distintos materiales: cristal, semillas, conchas, cáscaras de huevo (de gallina y codorniz), hojas, mazorcas de choclo, madera, paja, hueso, cerámica, barro, metal, piedra de alabastro, tagua, acrílico... La lista es tan diversa como los tamaños y versiones. “Cada país tiene una interpretación propia del nacimiento de Jesús. De España tenemos uno en que la Virgen es una maja y algunos personajes, toreros. Los de Ecuador Perú, Colombia, Bolivia y Chile lucen trajes autóctonos”.
Asimismo tienen réplicas inspiradas por autores como el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín o el colombiano Fernando Botero.