El intérprete del tema La cuenta no tiene un solo regalo definido. Pero los tres que ha recibido a lo largo de su vida desde pequeño se han relacionado con la música.

“El regalo de Navidad que más recuerdo se pelea entre una batería de los Pitufos que el niño Dios me dio a los 4 años y que todavía le reclamo a mi mamá porque no sabemos dónde la puso”, cuenta.

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Además de la batería, asegura que ir a cantar villancicos a un orfanato y a un albergue con toda su familia, a los 11 años, y rezar la novena con todos ellos, le enseñó el poder de dar más que recibir.

Y su último mejor regalo, agrega el intérprete de la balada No me pidas tiempo, fue su primera guitarra, a los 14, que también se la dio el niño Dios, afirma, “por haberme portado tan pero tan bien”.

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Sobre la relación de estos presentes con su vida actual, el cantautor guayaquileño dice que “creo que siempre supo el plan para mí, por eso Él siempre adivinaba lo que yo necesitaba”.