Patricia Villarruel
MADRID.- En el paso arriesgado pero magistral de lo conmovedor a lo absurdo transita el registro que intenta explorar más Andrés Neuman. Hacerse el muerto (Páginas de Espuma), su nueva obra, es una reivindicación de la tragicomedia como principio moral. Resultaría opresivo afirmar que los más de treinta cuentos responden a una estructura, un estilo o una temática determinada. Son reflexiones de sintaxis envolvente y musicalidad en el tono que revelan a un escritor encantado con las posibilidades de la narrativa breve. Siete años ha tardado en que vean la luz estas piezas sobre ensayistas que filosofan en un urinario, sobre una pareja enamorada de lo que no hace, sobre una monja que prefiere dedicarse a los placeres carnales. Está el recuerdo de su madre y de la enfermedad que le quitó la vida. Dolor y humor. La pérdida como revulsivo. El autor argentino ganador del Premio Alfaguara de Novela con El viajero del siglo habla en esta entrevista con EL UNIVERSO de este nuevo ejercicio experimental con mirones, asesinos, funcionarios aduaneros, agentes inmobiliarios, políticos como protagonistas.