EFE
Buenos Aires.- Innovación y nuevas tecnologías son los pilares de un proceso de transformación como el que experimenta El Bulli, el proyecto del cocinero catalán Ferrán Adriá, que presentó en Buenos Aires las líneas básicas de su próxima aventura, la Fundación El Bulli.
Tras alcanzar reconocimiento internacional al frente del restaurante El Bulli, Adriá, considerado entre los mejores cocineros del mundo, decidió tomarse un tiempo y transformar su iniciativa en una Fundación para continuar con el proceso creativo.
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Para lograrlo, la Fundación, que se ubicará también en el parque natural catalán de Cala Montjoi, contará con construcciones equipadas para aprovechar energías renovables y pensadas para facilitar la investigación y la creación.
Unas treinta personas, expertas en las más variadas disciplinas, compondrán el equipo de Adriá, que pretende reunir a "la gente más loca posible". El resultado del trabajo de la Fundación, que comenzará a funcionar en 2014, se difundirá de forma gratuita porque el objetivo es "compartir la creatividad".
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La clave, a su juicio, es pararse a pensar y "tener un control presupuestario", aunque reconoce que en tiempos difíciles las familias necesitan propuestas gastronómicas baratas.
"La comida para la casa tiene que ser muy normal", reconoció el cocinero, quien criticó la carrera por el éxito que se ha instalado en la sociedad de consumo. "Están bien los premios, pero no trabajo para esto, trabajo para ser feliz", afirmó, convencido de que es posible educar para la innovación y que uno de los problemas que atraviesa el sector en España es que los profesionales no tienen tiempo para pararse a pensar y reflexionar sobre sus posibilidades de transformación.
"El Bulli nunca fue un negocio, fue un centro de investigación y desarrollo", aseguró el cocinero, que trabaja también en la creación de un museo sobre la experiencia del restaurante y la fundación.