“Mi hijo salió corriendo y me asusté, pensé que una de las balas le iba a impactar, la dueña del local me abrió la puerta y pudimos ingresar al negocio en medio de una balacera”, recuerda Rocío Amaya, quien lleva más de un año laborando en un quiosco de comidas ubicado en la ciudadela 9 de Octubre, en el sur de Guayaquil.
Mientras atendía a su clientes y servía un refresco de naranja, ella cuenta que hace tres meses presenció un tiroteo al pie del negocio, en donde tres sujetos a bordo de un vehículo intentaron llevarse uno de los taxi amigos que estaban parqueados cerca del local.
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“Las huellas de las balas quedaron en los alrededores del quiosco, aquí tenemos que cerrar temprano porque los delincuentes después aprovechan”, manifiesta Amaya, quien afirma que los asaltos a personas, el expendio de droga y el robo de accesorios de vehículos son los delitos que más afectan a la ciudadela 9 de Octubre y la tres etapas de la Pradera.
Otro morador de la ciudadela 9 de Octubre, quien prefirió omitir su nombre por temor, indica que en este sector los robos a personas son a partir de las 16:00 debido a que la Comisaría de policía, que está ubicada en la calle Pedro Saad, la cierran a esa hora y luego el sector se torna desolado.
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A lo largo de la avenida Leonidas Ortega, conocida como calle 11, la cual divide la cdla. 9 de Octubre con la Pradera, los comerciantes indican que han sido víctimas de asaltos dentro de sus locales comerciales y que incluso muchos de esos negocios han quebrado porque han sido asaltados por más de dos ocasiones.
En este mismo sector habitantes denuncian que por las noches han observado a personas que expenden y consumen drogas.
“Vienen en carros de lujo a comprar (droga), utilizan los parques y sobre todo la calle 11 para vender marihuana y otras sustancias, uno tiene que hacerse el loco o el ciego porque después hasta lo amenazan”, cuenta un morador que prefirió no identificarse.
La venta de droga no soló se denuncia en esta ciudadela sino también en la Pradera 1 y 3, en donde sus habitantes dicen que los parques que están detrás de los bloques de la primera etapa o los que están oscuros son aprovechados por los delincuentes.
Según el análisis del Observatorio de Seguridad Ciudadana entre enero y agosto del 2010 se registraron 12 asaltos a personas, mientras que en este año se reportaron 21 casos en estas ciudadelas que están dentro del circuito Centenario.
Asimismo, las cifras de la Policía del Distrito Sur indican que en este circuito se ha decomisado cerca de 2 kilos con 808 gramos de drogas durante los primeros seis meses del año.
En un recorrido hecho por este Diario se observó que en la ciudadela 9 de Octubre no existe un UPC dentro del sector, por lo que sus habitantes piden a la policía o al Estado la construcción de uno.
En cambio, en la Pradera 3, en el sector conocido como el bosque, colinda con Interagua, está el UPC Nº 52, en donde se intentó dialogar con un policía, el cual no salió después de tocar varias veces la puerta y las ventanas del punto de auxilio.
Una de las moradoras de ese sector, indica que el UPC tiene más de un año funcionando pero que en varias ocasiones el lugar pasa cerrado.
Ella cuenta que el más reciente asalto que ha observado fue cuando a una joven al pie de la casa le robaron su cartera y celular por unos jóvenes que circulaban en una bicicleta.
Mientras que en la tercera etapa de la Pradera se observa que los callejones no están cerrados, según los residentes, esto es debido a que la infraestructura de la ciudadela no está adecuada para poder poner puertas de fierro, es decir, hay entradas y salidas únicas que no se las pueden cerrar.
En la etapa 1 del lado de la av. Domingo Comín hay carros que se encuentran estacionados fuera de las casas, por lo que los habitantes han optado por poner garitas con guardias de seguridad en toda la etapa.
“Siempre se llevaban los accesorios de carros y hasta los autos estacionados y huían hacia la Perimetral”, dice un morador de la etapa 1.
Otro de los residentes de esta etapa refiere que no puede olvidar el día que lo intentaron asaltar al pie de su casa.
Cuenta que dos sujetos a bordo de un vehículo lo interceptaron mientras hablaba por el celular en las afueras de su casa, “me apuntó en el rostro y me pidió el celular y no se lo di y ahí me disparó pero la bala no salió, sino hubiera muerto”.
Aníbal Sarmiento, jefe del distrito sur y quien está encargado de la seguridad de estos sectores, afirma que durante la semana se reportan dos o tres detenidos por expendio de droga, en los que están involucrados menores de edad.
Indica que una de las dificultades que tienen dentro de su distrito es la falta de personal y herramientas, ya que los policías, por órdenes superiores, han sido enviados a otros sectores más vulnerables.
Sarmiento explica que para estas dos ciudadelas se prevé en los próximos meses construir un UPC que estaría ubicado en la Pradera 2, en la avenida Domingo Comín, el cual contaría con 10 policías, un patrullero y una motocicleta.
Manifiesta que para estos sectores cuenta con personal vestido de civil para brindar mayor seguridad.
Robo de carro
En el mes de julio, Felipe Barrera denunció el robo de su auto Chevrolet Trooper azul, placa PHK-367. Según el escrito, el afectado dejó su vehículo estacionado en el parqueadero de la Pradera 2 por varios minutos y cuando salió se encontró con la sorpresa de que se lo robaron.
José Valarezo
Morador de Pradera 1
“Nosotros nos protegemos solos, hemos puesto alarmas comunitarias y sí tenemos buenos resultados. Si vemos al delincuente activamos las bocinas y lo capturamos”.
Aníbal Sarmiento
Jefe del Distrito Sur
“Hay sectores que la gente se ha organizado y eso nos ayuda a que estén protegidos. La idea es que la Policía se una a la comunidad y evitar los delitos”.