Llegó presuroso y así se marchó de la Fiscalía del Guayas, ayer por la mañana, Douglas Campos Crespo. Fue ahí a rendir su versión sobre lo ocurrido la noche del pasado 4 de octubre, cuando supuestamente su esposa, María Isabel Rodríguez Avilés, recibió la llamada de su hermano, Roberto Eliut Campos Crespo, para decirle que había agredido a María Fernanda Fernández de Córdova Flores y que ella no reaccionaba.

Después de ese contacto telefónico ¬según su versión¬ Douglas reportó el hecho a la Policía Judicial y fueron al departamento de su hermano Roberto, ubicado en el condominio Viteri, de las calles Ilanes 311 entre avenida Las Aguas y Cedros, en Urdesa. Ahí, dice él uniformados se hallaron con un tétrico cuadro: María Fernanda no solo estaba agredida, sino muerta.

Junto al cuerpo, que fue hallado en el baño secundario del departamento, estaba el arma que el exenamorado había usado: un martillo; en el piso era notorio que Roberto había intentado borrar las huellas de su agresión. Quiso limpiar la sangre que estaba en el piso.

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Cuando descubrieron el crimen de la joven, el cuerpo fue llevado a la morgue de la Policía, donde horas después, en la madrugada, la familia la identificó y constató la crueldad con que fue atacada.

Según el informe forense, el crimen habría ocurrido alrededor de las 20:00 de ese martes, dos horas y media antes la pareja había llegado al sitio, según uno de los cuidadores. Ella, a eso de las 16:30 salió de la ciudadela La Garzota, donde funciona la oficina de la Junta de Beneficencia para la cual trabajaba. Después de que pasó por casa de un familiar nadie supo de ella. Sus allegados dicen que la llamaban a su celular, pero no les contestó. Así que iniciaron su búsqueda hasta encontrarla en la morgue cuando la Policía les dijo que habían llevado al sitio el cuerpo de una chica.

Ayer, en el despacho del fiscal Henry Bazurto, de la Unidad de Delitos contra la Vida de la Fiscalía, no se conoció la versión de Douglas Campos, quien no quiso dialogar con la prensa.