Quién se hubiera imaginado que en el Teatro Centro de Arte se llevaría a cabo un tributo a Kiss, banda originaria de Nueva York, que, inspirada en la teatralidad histriónica de Alice Cooper, llevó la extravagancia de sus disfraces y maquillaje caricaturesco a su máxima expresión desde 1973 hasta la actualidad.
Tanto es así que se autodenominaron Starchild, Demon, Spaceman y Catman en el escenario, entregando un rock duro de heavy metal, de tal calidad, que han vendido 100 millones de discos a nivel mundial y han producido más discos de oro que cualquier otra agrupación de rock estadounidense.
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Andrés Albán, líder y baterista espectacular de Batukka, insistió en aquel perfeccionismo que lo caracteriza y así puso en escena a Yamil Chedraui en guitarra y voz, Daniel Rodríguez en guitarra prima y voz y Chris Podesta tocando el bajo y haciendo vocales.
Todos estuvieron ataviados con disfraces importados de Estados Unidos y maquillados a conciencia para una puesta en escena realmente fantasmagórica.
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Apoyados en un set-up espectacular, Andrés tocando batería con autoridad, encaramado atrás a mucha altura hasta su opening-number, Detroit Rock City un clásico de rock duro estuvieron siempre liderados por Yamil como frontman imponiendo la dinámica adecuada para hacer Shout it loud y Strutter, las tres de corrido, sin pausa. Un recurso muy profesional.
Ya en Hotter than hell cambió el tempo a lento y candencioso, mientras Chris Podesta (quien realmente no necesita mucho disfraz) se movía por todo el escenario, bengala en mano y lengua al fuego para imprimir una “saludable” dosis de autenticidad al show.
En Love gun introducida por Yamil descubrimos y apreciamos sus muy buenas aptitudes como animador, un solo de Andrés en batería, variado en cuanto a velocidades y superficies, además muy profesional, un solo de Rodríguez muy bueno en guitarra y una explosión al final en manos de Bilo Albán, tecladista inamovible, manejando efectos especiales desde la cabina de sonido como un fantasma de la ópera.
Ya en Forever, la música se puso algo sinfónica y Yamil ocupó un primer plano en vocales.
Esta canción breve, pero elegante, con teclados de Bilo, hicieron las delicias de los niños cuando tocaron Creatures of the night, sobresaliendo el bajo de Podesta recreando la sensibilidad macabra de Thriller. Andrés cantó Black diamond haciendo armonías vocales sorprendentemente buenas con sus compañeros.
Deuce fue un histerismo del rock, estilo Black Sabbath y Daniel Rodríguez, solo en el escenario, tuvo toda la atención del público en un solo de mucha dificultad que resolvió con alto grado de control y destreza.
I love it loud fue el turno de Chris Podesta soleando en bajo, mostrando la lengua y la sangre como en los cómics. Los teclados de Bilo se escucharon en las tres últimas canciones. Rock and roll all nite fue el mejor rock de la noche, coreado por el público y en especial, los niños que sintieron una identificación con estos extraños superhéroes en el escenario.